Este artículo tiene como objetivo dar cuenta de cómo los múltiples procesos de socialización vividos por investigadores(as) mexicanos(as) que retornaron al país por repatriación, influyen en la posición que ocupan en el campo científico. Para recolectar el material empírico recurrimos a relatos de vida de una muestra de 32 investigadores(as). Para analizar, articulamos la teoría de las socializaciones múltiples que desarrolla Bernard Lahire con la sociología de la ciencia de Pierre Bourdieu. Constatamos que las diferentes posiciones que ocupan en el campo científico resultan de diversas experiencias de socialización.
Palabras clave: socialización, repatriación, capital científico, ciencia, México.
Este artigo tem como objetivo dar conta de como os múltiplos processos de socialização vivenciados por pesquisadores mexicanos que retornaram ao país para serem repatriados influenciam na posição que ocupam no campo científico. Para a coleta do material empírico, foram utilizadas histórias de vida de uma amostra de 32 pesquisadores. Para analisar, articulamos a teoria das socializações múltiplas desenvolvida por Bernard Lahire com a sociologia da ciência de Pierre Bourdieu. Constatamos que as diferentes posições que ocupam no campo científico resultam de diversas experiências de socialização.
Palavras chave: socialização, repatriação, capital científico, ciência, México.
The purpose of this article is to show how the multiple socialization processes experienced by Mexican researchers who returned to the country through repatriation influence the position they currently occupy in the scientific field. To gather the empirical material, we used life stories of a sample of 32 researchers. For this analysis, we articulated the theory of multiple socializations developed by Bernard Lahire with Pierre Bourdieu's sociology of science. We observe that the different positions they occupy in the scientific field are the result of diverse socialization experiences.
Keywords: socialization, repatriation, scientific capital, science, Mexico.
El objetivo de este artículo1 es dar cuenta de la manera en que los múltiples procesos de socialización vividos por investigadores(as) mexicanos(as) repatriados(as) influyeron en su posicionamiento en el campo científico donde se desempeñan. Para el análisis, articulamos la teoría de las socializaciones múltiples y heterogéneas que desarrolló el sociólogo Bernard Lahire con la teoría del campo científico de su homólogo Pierre Bourdieu.
Se considera repatriado al mexicano(a) con estudios de doctorado que regresó a México en el marco del programa de repatriación que desarrolla el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). En esta investigación principalmente se entrevistó a aquellos(as) que obtuvieron el grado de doctor o realizaron una estancia posdoctoral en el extranjero y retornaron entre 1991 y 2019. Ofrecemos mayor evidencia sobre repatriados(as) que laboran en universidades públicas, porque en ellas hubo un mayor número de repatriaciones.
Aunque las convocatorias para repatriación han estado abiertas a todas las áreas de conocimiento que establece el CONACYT, en esta investigación nos enfocamos en quienes trabajan disciplinas de ciencia básica que, de acuerdo con la clasificación del año 2020, son: Física, Matemáticas, Ciencias de la Tierra, Biología y Química. Esta decisión obedeció a que, en comparación con otras áreas de conocimiento, la oferta de doctorados en estas disciplinas es menor; quienes egresan de esos programas tienden a realizar una estancia posdoctoral en el extranjero y son poco propensos a retornar a México, por la ausencia de políticas de captación de este tipo de población. Para determinar la muestra, consultamos el padrón de becas de repatriación y seleccionamos a quienes se ubicaron en ciencia básica; sin embargo, en la actualidad, algunos se ubican en biotecnología o en ingenierías en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
La hipótesis que se sostiene en este documento es producto de un procedimiento inductivo realizado a partir de relatos de vida de 32 repatriados(as) y se plantea así: para ocupar una posición científica de ventaja en el campo científico no basta dominar perspectivas teóricas y metodológicas; tampoco basta haber sido socializado en la infancia en condiciones económicas y culturales de ventaja; juega un papel importante saber construir y mantener capital social y capital científico. En complemento, se precisa de una autodefinición que permita a la persona sobreponerse y adaptarse en contextos desfavorables.
La posición de ventaja en el campo científico es medible a partir del volumen del capital científico, mismo que se asocia al reconocimiento a su quehacer científico por parte de sus pares/competidores o estudiantes. Quien juega una posición de ventaja está en posibilidad de comprender con mayor facilidad las reglas del juego, porque suele fungir como autoridad que evalúa proyectos de investigación, artículos científicos o contrataciones de nuevos(as) investigadores(as). El capital social refiere a la red social en la que está inmersa la persona y de la que obtiene beneficios por participar en ella. La autodefinición tiene que ver con la percepción que el individuo tiene de la posición que ocupa en el campo científico, a partir de la cual despliega ciertas prácticas científicas.
Este artículo incluye un apartado que da cuenta de estudios que abordan las socializaciones en relación con investigadores(as), seguido de otros que presentan las herramientas teóricas y las metodológicas. En otro presentamos los resultados de la investigación, y cerramos con las conclusiones del estudio.
El estudio de procesos de socialización o trayectorias en el campo científico mexicano no resulta un objeto de estudio novedoso; lo que aquí se presenta es un abordaje distinto a una problemática ya documentada. Una de las primeras autoras en el contexto mexicano fue Landesmann (2001), quien reconstruyó las trayectorias académicas de tres generaciones de bioquímicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el periodo de 1957 a 1974. Las generaciones fueron clasificadas por Landesmann con base en la edad y por el año de ingreso al departamento. De acuerdo con Bourdieu, identifica a los fundadores, que ingresaron entre 1957 y 1971, los herederos entre 1957 y 1974 y los profesores de facultad, que ingresaron en los años sesenta y hasta mediados de los setenta. Obtuvo la información con relatos de vida.
Landesmann (2001) encontró que los fundadores ocuparon los primeros puestos de profesores de carrera; entre ellos, quienes asumieron puestos administrativos, promovieron el desarrollo de la investigación. Los herederos recibieron como legado las aspiraciones científicas de los fundadores. Su principal actividad fue la investigación. Los profesores de facultad ingresaron más tarde a la academia y se dedicaron principalmente a la docencia en licenciatura.
Años después, Padilla (2007) analizó la socialización de académicos en México. Combinando datos estadísticos y análisis de entrevistas concluyó que el ser asistente de investigación suele ser una experiencia que motiva el ingreso a la academia. Varios de los académicos profesores que ingresaron a la academia antes de los años noventa eran hijos de padres profesionistas; con el paso del tiempo esta tendencia se revirtió.
Didou y Remedi (2008) analizaron el proceso de socialización de investigadores “exitosos” adscritos al Instituto de Biotecnología de la UNAM. Según sus entrevistados, el haberse incorporado de manera temprana, durante la licenciatura, a laboratorios de investigación bajo la tutela de investigadores de prestigio, les permitió interiorizar comportamientos y valores a fin de convertirse en alguien semejante a sus tutores.
Méndez y Remedi (2016) reconstruyeron la trayectoria científica de algunos investigadores para comprender los orígenes de un grupo de investigación en Fisiología. Los autores retomaron los aportes de Bourdieu para tratar las trayectorias como eje analítico. A partir de lo analizado en los relatos de vida, Méndez y Remedi (2016) reportan que la universidad que financió los estudios de posgrado de esos investigadores, los incorporó a su planta académica cuando concluyeron los estudios. Jugaron un papel importante en su formación académica sus directores de tesis, de reconocido prestigio. Los entrevistados lograron establecer vínculos nacionales e internacionales, orientados a generar proyectos de investigación e impulsar la movilidad académica.
En el plano internacional, Nori y Jauhiainen. (2020) también recuperan la perspectiva teórica de Bourdieu para analizar los recursos económicos, culturales y sociales que le permiten a estudiantes de doctorado en Finlandia concluir sus estudios. El análisis de las entrevistas realizadas les permiten afirmar que, si bien Finlandia es un país donde existe cierta homogeneidad en su población, algunos estudiantes de doctorado vivieron el síndrome del impostor: crecieron con bajo capital económico, cultural y social y cuando lograron concluir el doctorado, consideraban que no lo merecían. Los autores afirman que, si bien los primeros años del doctorado fueron difíciles académicamente para estos estudiantes, por la ausencia de ciertos conocimientos, la persistencia les permitió concluir el doctorado.
Recapitulando, notamos que los estudios antes reportados no están observando los procesos de socialización que se vivieron en la infancia y adolescencia y priorizan lo que sucede en los estudios de educación superior. Atender a procesos de socialización más largos que los ocurridos en la educación superior, implica poner de manifiesto momentos en los que el individuo interioriza formas de ver, pensar y actuar que ayudan a entender algunas de sus prácticas científicas. Además, en las investigaciones revisadas no se utilizan categorías teóricas para entender el prestigio. En estos faltantes, pretendemos hacer aportes.
La hipótesis enunciada en la introducción fue resultado de leer teóricamente el material empírico que brindaron los relatos de vida de población repatriada. Las perspectivas articuladas para el análisis fueron: a) teoría de las socializaciones múltiples y heterogéneas de Lahire, y b) sociología de la ciencia de Bourdieu. A continuación se indican las tesis que retomamos.
Lahire (2004) plantea las siguientes proposiciones teóricas: a) un individuo se caracteriza por lo que las diferentes experiencias de socialización han hecho de él; b) sólo una parte de las experiencias de socialización son movilizadas para utilizarse en la situación presente, y c) a mayor pluralidad de experiencias sociales, mayor posibilidad de actuar en contextos diversos. La primera proposición se inscribe en el concepto de socialización; las dos restantes en el concepto de repertorio de esquemas de acción.
La socialización es un “proceso por el cual un ser biológico se transforma, a partir de las múltiples interacciones que mantiene desde su nacimiento con otras personas, en un ser social que se adapta a un universo sociohistórico dado” (Lahire, 2019: 380-381). Este proceso termina cuando el individuo muere.
Para abordar la socialización es necesario delimitar los marcos sociales, las modalidades, el tiempo y los efectos de cada episodio de socialización. Los marcos se refieren a las autoridades e instituciones que intervienen, como la familia, la escuela, un partido político o la religión. Las modalidades hacen referencia a las maneras y técnicas en que se concreta la socialización. El tiempo refiere a la duración y a los grados de intensidad de las modalidades de la socialización. Los efectos se manifiestan en las disposiciones para creer, sentir, juzgar o representarse a sí mismo y actuar (Lahire, 2019: 381).
Lahire (2004) se opone a la tesis de Berger y Luckman (1972) de que la socialización ocurre en dos fases: primaria y secundaria, pues considera que asumen la homogeneidad en la familia sin contar con material empírico que respalde este supuesto. En contraste, Lahire (2004) plantea que mientras las familias son más numerosas y viven en el mismo techo hijos con gran diferencia de edad, tíos, abuelos o primos, las contradicciones son más comunes. Postula que existen socializaciones múltiples y heterogéneas. Además, plantea que los tránsfugas de clase son individuos que han experimentado socializaciones múltiples y heterogéneas porque ellos crecieron en condiciones sociales de desventaja, pero gracias al sistema educativo lograron superar sus condiciones iniciales de origen.
Lahire (2004) también tiene cuestionamientos para Bourdieu (2002). Considera que el concepto de habitus no es de carácter científico y por eso requiere demasiadas definiciones. En su lugar, Lahire utiliza el concepto repertorio de esquemas de acción, porque el término repertorio permite imaginar que las experiencias de socialización están acomodadas y disponibles, como las mercancías en un almacén. Así, se recupera del pasado lo que la situación presente exige. Los repertorios de esquemas de acción son:
Pasemos ahora a mostrar las tesis que retomamos de la sociología de la ciencia de Bourdieu (2003). Este autor afirma que el campo científico es un sector de la sociedad donde sus participantes se dedican profesionalmente a la ciencia. Los individuos que ingresan en ese campo tienden a imponer las maneras legítimas de hacer ciencia. Lo anterior exige lograr avances en la ciencia y acumular reconocimiento por parte de los pares (Bourdieu, 2003). Quienes ingresan al campo científico aceptan jugar las reglas del juego del campo, entre ellas: la elección de perspectivas teóricas o metodológicas validadas por pares científicos, la elección de las revistas más reconocidas en el campo científico, la publicación de artículos de vanguardia.
Los individuos tienen una posición en el campo científico en función del volumen de capital científico que han ido acumulando por sus aportaciones a la ciencia. Al concepto de “capital científico”, Bourdieu (2003) le atribuye varias propiedades que hacen factible su operacionalización. La principal radica en el reconocimiento entre los pares/competidores dentro del campo científico. Otra consiste en “hacerse nombre”, lo que se traduce en no pasar desapercibido entre los pares. Otra más alude a tener una “clientela” que de forma constante está solicitando sus servicios, lo que se manifiesta en que quien posee ese capital sea una persona ocupada. Una forma de institucionalizar el capital científico consiste en traducirlo en premios al quehacer científico, que otorgan otros investigadores(as).
A quienes poseen un alto volumen de capital científico, Bourdieu (2000: 20) los define como dominantes; son “aquellos que consiguen imponer la definición de la ciencia, según la cual, su realización más acabada consiste en tener, ser y hacer lo que ellos tienen, son y hacen”. Por tanto, juegan una posición de ventaja.
Bourdieu (2000) plantea que existen dos tipos de capital científico. El primero es capital científico puro, que se acumula en función de los aportes a la ciencia reconocidos por los pares competidores. El segundo es capital científico de institución que refiere a la ocupación de direcciones de laboratorio o departamentos.
En el campo científico, el individuo tiene que estar acumulando capital científico de forma constante porque de lo contrario va a perder la posición en que se ubica y otros ocuparán su lugar. Esto exige el despliegue de ciertas prácticas científicas para mantenerse en su posición o mejorarla. Al respecto, Bourdieu (2003: 67) plantea dos premisas. La primera dice así: “cada acto científico es al igual que cualquier otra práctica el producto del encuentro entre dos historias, una historia incorporada en forma de disposiciones y una historia objetivada en la propia estructura del campo”. Entonces, cada práctica científica que identificamos como resultado de nuestra investigación se explica con base en esas experiencias de socialización que favorecieron la interiorización de ciertas disposiciones para poder jugar en el campo científico.
La segunda premisa sostiene: “las estrategias de los investigadores están orientadas por las presiones y las posibilidades objetivas que se hallan inscritas en su posición y por la representación que son capaces de formularse de su posición y de la de sus competidores” (Bourdieu, 2003: 68). Por ello, en nuestro estudio ubicamos la posición en el campo científico que juega cada investigador(a) de la muestra e indagamos cuáles prácticas despliega para mantenerse allí.
Con la articulación de las tesis de Lahire (2004) con las de Bourdieu (2003) logramos ubicar la posición que una muestra de científicos repatriados está jugando en el campo científico. Esto exigió: 1) conocer los procesos de socialización que le han permitido llegar a determinada posición, 2) ubicar en qué otro tipo de grupos sociales participa, 3) las prácticas que despliega para mantenerse en el campo y 4) la imagen que el repatriado infiere tener de su posición en el campo científico.
Para identificar la posición que ocupa en el campo científico la población bajo estudio, recuperamos la herramienta metodológica denominada biografía sociológica (Lahire, 2019), que permite reconstruir la historia de los procesos de socialización que han vivido los individuos. Para producir la biografía sociológica fue necesario identificar aquellos vínculos que conectan o han conectado a un individuo con otros individuos, grupos o instituciones, relacionados con el quehacer científico. Los vínculos se traducen en experiencias sociales que pueden analizarse en los esquemas o disposiciones para ver, creer, sentir y actuar en determinadas situaciones; en este caso las vinculadas con el campo científico (Lahire, 2019).
Para la obtención de material empírico nos apoyamos en relatos de vida. Un relato de vida “es el resultado de una entrevista narrativa, donde un investigador solicita al entrevistado la descripción de las experiencias de su vida que le ayuden a la comprensión de su objeto de estudio” (Bertaux, 2005: 74). El relato de vida permite captar la sucesión de situaciones, interacciones o acciones que conforman lo que consideramos “momentos de socialización”.
El trabajo de campo requirió dos años. Se entrevistó cara a cara a diez informantes, pero el confinamiento obligado por la pandemia COVID-19 obligó a recurrir a videollamadas para entrevistar a 22 más. Para realizar las entrevistas se les contactó vía correo electrónico, mismo que se obtuvo de la página de internet de su institución de adscripción. Las entrevistas duraron, en promedio, una hora.
Para determinar la posición que ocupa en el campo científico la población repatriada bajo estudio, con base en sus relatos de vida y en la definición que da Bourdieu (2003) sobre el capital científico, se construyó un índice de capital científico, que contiene los siguientes indicadores: 1) premio internacional, 2) premio nacional, 3) premio institucional, 4) membresía en el SIN, 5) definitividad laboral, 6) organización y desarrollo de un laboratorio, 7) membresía en sociedades especializadas, 8) registro de patentes, 9) citas a sus trabajos, 10) contratación en plazas de investigador de quienes han sido sus tesistas, 11) solicitudes múltiples de dirección de tesis por parte de estudiantes de posgrado, 12) premios recibidos a tesis elaboradas bajo su dirección, 13) coordinación de estancias posdoctorales, 14) nombramientos en universidades extranjeras y 15) arbitraje en revistas de prestigio. Los indicadores no tienen la pretensión de ubicar un “científico ideal”; esto no podría hacerse con este esquema pues ciertos indicadores no aplican a toda la población bajo estudio; por ejemplo, los matemáticos no desarrollan patentes.
Construimos cuatro tipos de posiciones en el campo científico según el volumen de capital científico. En el primero aparecen quienes juegan una posición de ventaja porque cuentan con más de seis indicadores de capital científico. En el segundo tipo aparecen los que están en posibilidad de ascender y ocupar una posición de ventaja, cuentan entre 4 y 6 indicadores de capital científico. Un tercer tipo incluye a quienes tienen capital político; cuentan con indicadores de capital científico como definitividad o membresía SNI, pero han asumidos puestos administrativos que les dejan menor tiempo para el trabajo científico. Un cuarto tipo es el de los recién llegados que incluye a quienes se repatriaron después de 2009, lo que se traduce en menos tiempo para acumular capital científico.
Se usó el software Atlas Ti versión 9 para codificar y se construyó inductivamente el libro de códigos que permitió organizar la información referida a procesos de socialización, indicadores de capital científico y prácticas científicas. Después se elaboraron grupos de códigos que facilitaron la ubicación de recurrencias y patrones. Utilizamos seudónimos para proteger la identidad de nuestros informantes.
Como señalamos antes, las experiencias de socialización se traducen en formas de ver, pensar, actuar y representarse a sí mismo (Lahire, 2004). En este apartado vamos a exponer las principales experiencias de socialización de la población repatriada y sus efectos. Los teóricos de la socialización coinciden en que en la familia se da la primera socialización del individuo y en la que se interiorizan muchas disposiciones importantes para conducirse en la vida cotidiana. El análisis de los relatos de vida reveló dos tipos de socialización en los que clasificamos a los repatriados(as) entrevistados.
El primer tipo de socialización resulta de haber constatado que ser socializado por padres profesionistas y contar con recursos económicos y culturales en casa durante la infancia y adolescencia constituye un factor que permite acumular conocimiento para llegar con certidumbre a la educación superior. Los recursos económicos familiares favorecen la asistencia a escuelas particulares bilingües. Además, una vez que se ingresa a la educación superior, se vislumbra que realizar un posgrado en el extranjero es factible y coherente porque se tienen recursos para lograrlo. Aquí ubicamos a 12 repatriados(as). En seguida un relato de vida para ilustrar el tipo de socialización a la que fueron expuestos:
En el segundo tipo de socialización ubicamos a quienes no contaron con padres profesionistas y con recursos económicos y culturales en casa durante la infancia y adolescencia; estas personas ingresaron a la educación superior con menor claridad en relación con sus expectativas profesionales. Casi todos(as) cursaron en el sistema educativo público. Llegar y mantenerse en los estudios universitarios les exigió redoblar esfuerzos para no desertar. En varios casos, la persona repatriada fue la primera o única de los hermanos con estudios universitarios. Desde una perspectiva sociológica, quienes tienen trayectorias de este tipo son tránsfugas de clase (Lahire, 2004). Aquí agrupamos a 20 repatriados(as). En seguida un relato de vida para ilustrar el tipo de socialización a la que fueron expuestos:
Con base en Brunner (2012), podemos inferir que la masificación que se dio en la educación pública en México a partir de 1980 fue una condición importante para que los individuos que crecieron con limitados recursos económicos y culturales accedieran a la educación superior en México. En complemento, las becas de posgrado les permitieron dedicarse de tiempo completo a sus estudios de posgrado.
Una experiencia de socialización importante antes de ingresar al mundo de la ciencia refiere a la socialización en posgrado. Esta experiencia pasa a formar parte del repertorio de esquemas de acción del repatriado(a) a la hora de hacer ciencia y tiene tres componentes: la adquisición de conocimientos y habilidades específicas en el campo de investigación; el desarrollo de relaciones interpersonales, y la capacidad de adaptación. No todos los repatriados(as) desarrollaron un repertorio de esquemas de acción con la misma robustez. En seguida describimos los efectos de la socialización en posgrado.
Hay dos elementos que conviene destacar en este rubro. En primer lugar, están los conocimientos y habilidades adquiridos gracias a la participación en seminarios ofrecidos en universidades extranjeras importantes, así como el acceso a infraestructura científica que no se tiene en México. En segundo lugar, el publicar la tesis en otro idioma conllevó una buena cantidad de retos y constituyó la base para publicar artículos en revistas internacionales. Siguiendo a Bourdieu (2002), podemos decir que el posgrado contribuyó a aumentar el volumen de capital cultural interiorizado.
Al estar inmersos en proyectos y actividades en las que participan múltiples personas de diversas partes del mundo, quien investiga adquiere una nueva manera de ver a sus pares y de interactuar con ellos. Esto le permite establecer con facilidad contactos que le posibilitan el acceso a infraestructura y la participación en proyectos internacionales. En términos de Bourdieu (2002) puede decirse que el repatriado(a) ha aprendido a construir capital social. El desarrollo de capital social fue más sólido en los(as) científicos(as) de origen social desfavorecido porque desde la infancia y adolescencia aprendieron a establecer lazos de solidaridad para cumplir sus objetivos y ayudar a otros a cumplir los suyos. En seguida un relato para mostrar cómo se fueron desarrollando habilidades de interacción social cimentadas en la amistad:
Ésta se va forjando gracias a que el investigador(a) tuvo que interactuar con personas de diversas culturas, trabajar con infraestructura que debió aprender a manejar, enfrentarse en el posgrado a un modelo educativo que le resultó nuevo, aprender nuevas maneras de hacer ciencia, además de tener la fuerza mental necesaria para resistir la soledad, un clima al que no se está acostumbrado e, incluso, ambientes de racismo o machismo que le fueron desfavorables. La capacidad de adaptarse a diversos contextos se encontraba más desarrollada en quienes crecieron con desventajas económicas, culturales y sociales (tránsfugas de clase) porque ellos reconocen las múltiples dificultades que han ido superando, tales como problemas de alimento en casa, complicaciones económicas para no desertar en la licenciatura, aprender un idioma de forma intensiva; algunos, incluso, trabajaron para costearse sus estudios de posgrado. En otros términos, la socialización en el campo científico les ha permitido desarrollar la disposición de superar obstáculos y adversidades, de modo que puedan lograr los objetivos del ejercicio científico para poder mantenerse dentro del campo. En seguida un relato para mostrar las situaciones que le exigen al individuo superar obstáculos:
Como se muestra en los ejemplos expuestos, las experiencias de socialización tienen efectos importantes en la población repatriada bajo estudio, y repercute en la posición que cada uno(a) ocupa en el campo científico. A esto nos referimos a continuación.
En este apartado presentamos las posiciones en el campo científico de los(as) repatriados(as) entrevistados(as) para este estudio. Identificamos dos indicadores de capital científico recurrentes en la población repatriada. El primero es “la membresía en el SNI”; es un indicador porque implica un reconocimiento institucional que los pares le hacen al trabajo de un(a) científico(a). La membresía se traduce en un estímulo económico que varía en función del nivel alcanzado. Ser integrante del SNI implica saber leer las reglas del juego (Bourdieu, 2003). Quienes no las entendieron en un primer momento, llegaron a salir del sistema dado que su producción científica no respondió a los lineamientos del sistema.
El otro indicador de capital científico recurrente es contar con definitividad laboral. Significa el reconocimiento institucional al desempeño en la investigación y supone que al interior de la institución se espera seguir contando con los servicios de esa persona. La mayoría de quienes entrevistamos, contaban con definitividad. Algunos(as) no la tenían porque llevaban menos de cinco años laborando en México, que suele ser el tiempo reglamentario para obtener la definitividad.
A continuación, describimos las cuatro posiciones en el campo científico según los indicadores de capital científico (ver ilustración 1). Se destina mayor espacio para describir a quienes juegan posiciones de ventaja porque ellos cuentan con un mayor número de indicadores de capital científico.
Con base en Bourdieu (2003) podemos decir que jugar una posición de ventaja en el campo científico significa estar en posibilidad de comprender con mayor facilidad las reglas del juego e, incluso, incidir en la formulación de ellas. Quienes ocupan posiciones de ventaja fungen como dictaminadores de proyectos de investigación, artículos científicos o contrataciones de nuevos investigadores(as). En términos generales, ocupar una posición de ventaja significa que quien investiga tiene reconocimiento tanto de sus pares nacionales como de los que radican en el extranjero.
Los(as) entrevistados(as) que juegan posiciones de ventaja tienen en común varios aspectos. El primero refiere a la antigüedad dentro del campo científico mexicano; llegaron principalmente en la década de los noventa o a principios del siglo XXI, lo que significa que les ha llevado entre 20 y 30 años construir capital cultural interiorizado y capital científico. Al rastrear en su itinerario biográfico para saber de dónde obtienen ese capital cultural interiorizado que se traduce en una posición de ventaja en el campo científico, se encuentra que uno de los informantes realizó el doctorado en el extranjero, en una de las instituciones de investigación mejor ranqueadas del mundo. Otras investigadoras aseguran que quien fuera su director de tesis, en su momento, fue una de las personas más importantes en su respectiva línea de investigación a nivel mundial. También resulta importante haber sido dirigido por uno de los principales exponentes de una línea de investigación en México.
En relación con su origen social, cinco repatriados(as) crecieron desde la infancia y adolescencia con reducidos recursos económicos, culturales y sociales. Entonces, de ocho repatriados(as) que se posicionan con ventaja en el campo científico, cinco son tránsfugas de clase. Crecieron en familia numerosa y en general sólo el padre proveía recursos económicos para el hogar. Entre ellos, hay hijos de carpinteros, obreros o personas con oficios que no requieren educación superior. En contraparte, están quienes tienen un origen social con menos restricciones: una repatriada fue hija de médicos, otra tuvo padres normalistas y uno fue hijo de comerciantes sin estudios superiores, pero con ingresos económicos relativamente altos.
Exceptuando a tres repatriadas, todos(as) tienen el reconocimiento de SNI III. Dos de las que no lo tienen cuentan con una patente que les permite jugar posiciones de ventaja. La tercera tiene SNI II y en años recientes realizó un descubrimiento importante en su línea de investigación, lo que ha generado que su trabajo sea muy citado y la soliciten muchos posdoctorandos; ha recibido un premio estatal y diversas invitaciones para participar en nuevos proyectos. Su trayectoria como investigadora aporta elementos suficientes para inferir su próximo ascenso.
Más que analizar a los(as) repatriados(as) al interior del campo científico (Bourdieu, 2003), hemos preferido comprender a cada uno(a) al interior de los entramados sociales diversos en los que participa (Lahire, 2004). Esto reveló que para las mujeres resulta más complicado ingresar a las posiciones más altas en el campo científico porque, según afirman ellas, la maternidad implica un desgaste físico importante e implica mucho tiempo para el cuidado de los hijos(as) durante sus primeros años de vida. Algunas repatriadas no renovaron la membresía SNI por algunos años por dedicarse al cuidado de sus hijos(as). Esto se explica porque el cuidado materno conlleva una carga de trabajo que compite con las actividades que demanda el desarrollo del habitus científico, que es procesual, paulatino y precisa de experiencias constantes de investigación. La práctica constante e ininterrumpida se traduce en acumulación de experiencias y resultados de investigación, lo que permite un buen posicionamiento dentro del campo científico.
Entre los 32 informantes, Rubén es quien tiene mayor volumen de capital científico y los indicadores que él cumple son: 1) haber recibido un premio internacional, 2) haber recibido un premio nacional, 3) ser miembro del SNI, 4) ser miembro de sociedades científicas, 5) recibir muchos estudiantes para asesorar, 6) recibir invitaciones para participar en proyectos, 7) ser solicitado para impartir conferencias, 8) lograr que sus egresados(as) sean contratados como científicos, 9) recibir ofertas laborales en el extranjero, 10) contar con definitividad, 11) crear redes de investigación, 12) amplia citación de sus trabajos. Hay interdependencia de estos rasgos con el capital cultural interiorizado, lo que se manifiesta en la producción de muchos artículos científicos. Asimismo, es un resultado de sus experiencias de socialización: desde los 12 años estaba siendo socializado por investigadores que lo introdujeron en el campo científico porque ganó un concurso de televisión donde demostró sólidos conocimientos en biología. En complemento, su hermana mayor con estudios de posgrado le conseguía a Rubén, en la infancia, enciclopedias especializadas.
Tal como lo indica Bourdieu (1999), es importante el análisis del espacio físico en el marco de los estudios de los diversos campos. Esto permite comprender que la institución de adscripción juega un papel importante para acumular capital científico porque les ofrece infraestructura suficiente para sus investigaciones, así como visibilidad ante sus pares.
Una posición de ventaja en el campo científico significa mucho tiempo realizando aportes a la ciencia para acumular reconocimiento de los pares. Los repatriados que juegan esta posición ya llevan más de 20 años en el campo. Esto a su vez permite desarrollar lo que Bourdieu (2003) define como ojo clínico, que consiste en tener una percepción del porvenir con respecto a los proyectos de investigación, lo cual permite vislumbrar nuevos horizontes con el interés de no hacer lo que otros, que cuentan con mejores condiciones de infraestructura, están haciendo; en cambio, buscan hacer algo que pocos hacen.
Desarrollar un laboratorio es un indicador de capital científico porque se reconoce el liderazgo y la línea de investigación del científico(a). El reconocimiento permite conseguir financiamiento para costear los insumos que demanda un laboratorio. Una vez que se tiene, se reciben solicitudes de colaboración de otros laboratorios, agencias gubernamentales y del sector privado. En los laboratorios se generan las patentes, que son otro indicador de capital científico porque certifican los conocimientos del repatriado(a). Además, las patentes se traducen en ingresos económicos para la institución, mayor visibilidad del repatriado(a) y una posición de ventaja en el campo científico. En seguida un relato que permite ilustrar la socialización a nivel posgrado que promueve el desarrollo de un laboratorio:
Tener un alto volumen de capital científico está asociado con un alto volumen de capital social manifestado en la participación en diversos proyectos y en el acceso a los recursos con los que cuentan las personas que conforman la red del científico(a). También se traduce en viajes al extranjero, por lo menos una vez al año. En general, para la mayoría de los informantes, las conexiones más sólidas en el extranjero se dan con quienes fueron sus compañeros de doctorado y lograron desempeñarse en el campo científico, así como con quienes se establecieron fuertes lazos de amistad.
Un componente importante para tener un alto volumen de capital social tiene que ver con mirar al otro como una persona vulnerable. Laura ha sido alguien con un importante volumen de capital social. Al momento de la entrevista era la tutora de seis posgraduados de doctorado. En seguida un relato que ejemplifica la manera de ver al otro:
En el marco del análisis del campo científico interesa analizar la percepción que el individuo tiene sobre la posición que supone tener en el campo, ya que en función de dicha percepción se realizan ciertas prácticas para permanecer o cambiar de posición. Hay dos autodefiniciones recurrentes en la población que juega una posición de ventaja en el campo científico: una es que se consideran pioneros en su línea de investigación en México y la otra es que se perciben como personas de referencia en su línea de investigación.
Dada la autopercepción de quienes ocupan una posición de ventaja en el campo científico, resulta lógico que su principal meta sea “dejar escuela”, en el sentido de formar estudiantes que se ocuparán de darle continuidad a la línea de investigación que ha desarrollado. La población bajo estudio reconoce que su ciclo como investigador(a) algún día terminará y juzga necesario que otros(as) le den continuidad. Una estrategia orientada a “dejar escuela” consiste en incorporar a sus estudiantes a redes de investigación internacionales. Para ello llevan a los estudiantes a congresos fuera de México, a realizar estancias de investigación en el extranjero o bien procuran que tengan codirectores extranjeros. Principalmente se les envía a aquellas instituciones en las que el investigador(a) tiene las conexiones más sólidas. Tienden a ser solidarios(as) y destinan parte de los apoyos económicos que les da la institución o ponen de su salario para que sus estudiantes puedan viajar.
Contar con antiguos estudiantes de doctorado que laboran en el sector de investigación se traduce en un aumento de capital social del repatriado(a) porque eso significa que cuenta con colegas que son viejos conocidos, a quienes se les tiene confianza y a quienes puede recurrir en caso de necesitar apoyo. Recibir posgraduados de doctorado, vía estancia posdoctoral, es un indicador de capital científico porque significa que futuros(as) investigadores(as) quieren ser dirigidos(as) por alguien que ha aportado a la ciencia. Esto se traduce en el aumento de capital social porque va ampliando la red de colaboradores.
Crear redes de investigación financiadas por organismos nacionales o internacionales es otro indicador de capital científico, porque quienes se incorporan a la red que creó el repatriado(a) están reconociendo sus aportaciones al campo científico. Esto genera que aumente el volumen de capital social del repatriado(a).
Una decisión de riesgo que tomaron algunos(as) repatriados(as) para posicionarse con ventaja en el campo científico, consiste en haberse insertado laboralmente en zonas geográficas de México donde no contaban con colegas en su línea de investigación, lo que los orilló a laborar durante varios años de manera aislada. Esto les permitió contar con libertad para sus proyectos de investigación, a diferencia de quienes estuvieron subordinados a los intereses de un jefe de laboratorio. Al tener pocos competidores cercanos geográficamente recibieron muchas solicitudes de colaboración. Otro ejemplo de decisión de riesgo es realizar trabajo de campo en entidades federativas con altos índices de inseguridad.
Quienes juegan en posiciones de ventaja, suelen fungir como dictaminadores de proyectos de investigación o de la producción científica de los ingresos o reingresos al SNI, lo que les ha permitido identificar cuáles líneas de investigación están siendo apoyadas económicamente y tratar de generar alguna investigación en esas líneas.
Llegar a ocupar posiciones de ventaja no es sinónimo de una carrera totalmente ascendente, los individuos se han visto en la necesidad de superar crisis. Algunos(as) han enfrentado divorcios, enfermedades graves, la pérdida de la pareja, un padre o un hijo(a). Lo anterior también va perfilando la imagen que el repatriado(a) tiene de sí mismo, como alguien que supera adversidades.
Sólo dos repatriadas que juegan una posición de ventaja durante la entrevista mostraron cierto interés por dejar México. Ambas en un principio tuvieron un fuerte interés de asentarse en el extranjero antes de ser repatriadas. Aludieron a que lo harían para evitar que su familia estuviera expuesta a la violencia que se vive en el país. Cuentan con sólidas conexiones en el extranjero que les han ofrecido apoyo en caso de que decidan salir de México.
Los relatos de vida revelan que cada individuo es, de forma simultánea, multideterminado. Con frecuencia se combinan acciones del grupo de pares en el campo científico y reacciones en el entramado familiar. En general, quienes no tienen interés por salir de México, tienen casa propia ubicada en lugares seguros (fraccionamientos); reconocen que a sus hijos(as) les agrada México, y en el país han logrado un reconocimiento a su quehacer científico. Además, consideran que el país necesita de sus investigaciones. La jubilación aún no la ven cercana, a pesar de que ya algunos(as) tienen 60 años. En términos teóricos, ocupan una posición de ventaja en el campo científico y no la quieren dejar.
En este grupo, incluimos a 12 repatriados(as) que cumplen con 4, 5 o 6 indicadores de capital científico y fueron repatriados entre 1991 y 2008. Principalmente quienes llegaron en los noventa, crecieron con altos recursos económicos, culturales y sociales. Entre ellos se encuentran hijos de científicos, médicos, ingenieros y arquitectos. Varios de los que llegaron a partir del 2000 son hijos(as) de artesanos, mecánicos y braceros. En general, ya cuentan con reconocimiento nacional pero les falta mayor tiempo para seguir acumulando capital científico y social, principalmente con sus pares extranjeros. Van en un camino ascendente en su línea de investigación y están en instituciones que les ofrecen lo necesario para hacer investigación.
La participación de esta población en sociedades especializadas permite ver cómo interactúan el capital científico y el capital social. Para poder ingresar a sociedades científicas, los pares tienen que reconocer las contribuciones del solicitante (capital científico) al ámbito científico. Una vez que ingresa, va estableciendo nuevas relaciones, recibe información sobre proyectos de investigación y puede solicitar apoyos a los integrantes de la sociedad científica. En seguida un relato que ejemplifica cómo operan las sociedades especializadas:
A tres repatriados(as) les ha ayudado a conformar un buen volumen de capital científico contar con una pareja que se dedique a la academia, porque tienen un compañero(a) a quien consultar cuando necesitan la revisión de algún artículo científico. Una repatriada ha tenido complicaciones para acumular con mayor rapidez capital científico porque sufrió un divorcio y se ve en la necesidad de cuidar sola a sus hijos.
Los(as) repatriados(as) que se encuentran en este grupo tienen el interés de seguir en México. Cada uno(a) se autodefine como “persona realizada” porque se dedica a la ciencia, que es lo que deseaba hacer desde que estudiaba el doctorado.
Seis repatriados(as) jugarían una posición política en el campo científico en México. Aquellos que juegan dicha posición son quienes en los últimos cinco años han asumido puestos administrativos en sus centros de investigación o universidades, lo que ha implicado dedicar casi media jornada laboral a ello. Lo anterior se traduce en menos horas para la investigación y menos acumulación de volumen de capital científico. Al mismo tiempo, implica reducidas salidas al extranjero para aumentar el volumen de capital social. Los cargos administrativos posibilitan el incremento de capital social por medio del establecimiento de convenios de colaboración para el desarrollo de investigaciones entre universidades o centros de investigación, siempre que existan, además, los recursos presupuestarios para operar proyectos de investigación; en caso contrario, se vuelven obstáculos para un ejercicio de la investigación y la posibilidad de construir y consolidar redes de colaboración.
Este tipo de científicos tiene un capital científico de tipo político (Bourdieu, 2003), dados los cargos administrativos que han ocupado en el campo científico. Así, hay en la muestra quienes han dirigido varios centros de investigación, o han ocupado secretarías de investigación y jefaturas de carrera. Una de las entrevistadas, Alba, tiene el mayor volumen de capital científico-político porque lleva más de 20 años asumiendo puestos administrativos que se han traducido en mucho impacto en el desarrollo de la ciencia en la región en la que ella se ha desempeñado.
Podemos decir, con base en Bourdieu (2003), que Alba decidió no aceptar del todo las reglas del juego en el campo científico, cuando entran en contradicción con lo que aprendió en la familia; por eso se ha mantenido en puestos administrativos. En el espacio de socialización de la familia se promovió el compromiso y la honestidad, disposiciones que se reforzaron durante su estancia en el extranjero. La contradicción apareció cuando, al regresar a México, se le solicita que en sus artículos anote a sus colegas, a pesar de que no han aportado algo importante; se le indica que, a cambio, cuando otros colegas hagan un artículo la anotarían. El caso señalado es un ejemplo de cómo el pasado se reactiva según distintas situaciones, premisa clave en la sociología disposicionalista y contextualista que desarrolla Lahire (2004). En seguida, el testimonio que pone en perspectiva parte de su socialización en posgrado:
Quienes llevan más de diez años asumiendo puestos administrativos deciden hacerlo por diversos motivos. Uno, porque van escalando en las estructuras administrativas y consideran que pueden tener un mayor impacto en la ciencia desde esa posición. Otro tiene que ver con el hecho de que el haber asumido puestos administrativos los rezagó en relación con el avance del conocimiento y retomar la investigación implicaría mucho tiempo.
Para finalizar, podemos afirmar que quienes juegan una posición política en el campo científico se mueven principalmente en tres entramados sociales: el científico cuando participan en proyectos de investigación; el político donde interactúan con autoridades administrativas, y el familiar. Quienes tienen esta posición se reconocen a sí mismos(as) como personas valiosas en el ámbito de la gestión de la ciencia.
En esta posición agrupamos a seis repatriados(as). Todos retornaron después de 2009. Tomando una categoría de Bourdieu (2003), podemos concebirlos como los recién llegados porqueson lasúltimas incorporaciones al campo científico dentro de la muestra. Su principal atributo de capital científico consiste en contar con membresía SNI. Al momento de la entrevista, todavía no titulaban a ningún estudiante de doctorado, ni habían recibido premios.
Aquí observamos mucha pluralidad en relación con sus orígenes sociales: uno tuvo padres con especialidad médica, otra tuvo padres historiadores; en otro caso, el padre era comerciante, otro tuvo un padre con estudios doctorales, otro fue hijo de un técnico electricista y uno más fue hijo de madre normalista.
Bourdieu (2003) sostiene que los recién llegados pueden seguir las reglas del juego (maneras legitimas de hacer ciencia) ya establecidas por quienes ocupan las posiciones de ventaja; cuando éstos se retiren podrán sucederlos y así recibir los beneficios del campo. Un aspecto que les ha dificultado acumular mayor volumen de capital científico es que desde que fueron repatriados(as) han dedicado mucho tiempo a la docencia a nivel licenciatura. Algunos(as) dedican una mayor proporción de horas a la docencia que a la investigación.
Para los recién llegados el haber realizado estancias posdoctorales en un lugar distinto al que obtuvieron el doctorado les permitió establecer conexiones con diversos grupos. Sin embargo, las conexiones no son tan densas porque varios de sus colegas no se dedican a la investigación. En general, los recién llegados no piensan dejar México, consideran que apenas se están insertando al mundo científico después de mucha inestabilidad laboral y quieren consolidarse como investigadores(as).
Los(as) repatriados(as) proporcionaron información sobre su quehacer científico que revela las formas de relacionarse con otros(as) investigadores(as), lo que da posibilidad de plantear los diversos tipos de interacción entre las posiciones en el campo científico aquí establecidas (ver ilustración 2).
Entre quienes juegan una posición de ventaja y quienes juegan una posición política en el campo científico en ciertos momentos existe una relación simétrica. Ésta se presenta cuando quienes juegan una posición política tienen la encomienda de desarrollar ciertas instituciones o poner en marcha proyectos de investigación de gran alcance; también en el diseño de agendas de investigación tienden a recurrir a quienes juegan posiciones de ventaja porque ellos tienen la honorabilidad y el conocimiento científico para apoyarles.
Los recién llegados mantienen una relación de inferioridad con quienes juegan una posición de ventaja y tienden a participar en las líneas de investigación desarrolladas por estos últimos. Esto no sucede así cuando el recién llegado tiene vínculos con investigadores(as) mejor posicionados en el campo científico, que le permiten trabajar alguna línea u objeto de investigación de manera novedosa y le abren la posibilidad de darse a conocer e ir ascendiendo en su posición.
Asimismo, los recién llegados tienen una relación de inferioridad con quienes juegan una posición política porque dependen de ellos para acelerar ciertas gestiones que les ayuden a obtener infraestructura científica. El trabajo científico precisa de recursos para el equipamiento; en muchas ocasiones, los recursos institucionales son insuficientes para desarrollar las propias líneas de investigación y lograr autonomía científica. Por esto, los recién llegados deben generar vínculos sociocientíficos para el desarrollo de sus propias investigaciones, aunque ello los posicione en condiciones de desventaja.
Entre quienes juegan una posición de ventaja y quienes están en posibilidad de ascenso a una posición de ventaja hay muchas interacciones cuando se desarrollan proyectos de investigación conjuntos. Aun así, los de posible ascenso ocupan una posición inferior a los primeros porque deben esperar el tiempo y la acreditación necesaria para estar en posición de ventaja. El material disponible analizado no mostró indicios de interacciones entre quienes ocupan posiciones políticas y quienes juegan una posición de posible ascenso.
En complemento a la sociología de la ciencia de Bourdieu (2003), la perspectiva de socializaciones múltiples y heterogéneas de Lahire (2004) permitió identificar el origen social de cada repatriado(a) y las disposiciones que fue acumulando para ingresar al campo científico, gracias a su participación en forma simultánea en diversos grupos sociales.
El análisis realizado permite afirmar que la posición de ventaja en el campo científico depende de la robustez del repertorio de esquemas de acción, en el que distinguimos tres componentes: a) capital cultural interiorizado, b) capital social y c) capacidad de adaptación.
Los resultados revelan que quienes se ubican en una posición de ventaja en el campo científico, medida por el volumen de capital científico, provienen de orígenes bajos caracterizados por limitados recursos económicos, culturales y sociales. Es decir, son tránsfugas de clase. Destacan por encima de quienes crecieron en situaciones de ventaja porque desde la infancia aprendieron a conformar un capital social basado en la solidaridad y el reconocimiento del otro, lo que les permite establecer con mayor facilidad relaciones sociales y así acceder a los recursos de otros. Además, su autodefinición es más fuerte porque son conscientes de las adversidades que han superado a lo largo de la vida y eso los impulsa a no desistir en la carrera científica cuando se tienen que desenvolver con limitados recursos económicos o cuando un artículo es rechazado o se pierde la membresía SNI.
Algunas prácticas que despliega la población repatriada que juega posiciones de ventaja y que muestran con claridad cómo se traduce la experiencia de movilidad internacional son las siguientes: desarrollar múltiples proyectos de investigación con sus pares en el extranjero; procurar mantener siempre algún financiamiento, e incorporar a sus estudiantes de posgrado a sus redes de investigación.
Desde la sociología de Bourdieu (2002) se plantea que los capitales (cultural, económico y social) con los que cuenta un individuo durante los primeros años de vida permiten inferir la posición social que estará ocupando en el futuro. En esta investigación mostramos que esa premisa no es del todo verdadera ya que quienes crecieron en las condiciones sociales más desfavorables ocupan posiciones en el campo científico de mayor ventaja en comparación con quienes crecieron con un mayor volumen de capital. Esto permite afirmar que, además de los capitales (científico, cultural, económico y social) conviene considerar la autodefinición de la persona y la dimensión ética de sus relaciones con otros(as).
*Jorge-Ariel Ramírez-Pérez
Mexicano. Doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología, Centro de Estudios Sociológicos, El Colegio de México. Profesor Investigador de Tiempo Completo (PITC) en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México; nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores. Temas de investigación: emergencia, uso y circulación del conocimiento vinculado con la sociedad; vínculos entre mercados de trabajo, migración y socialización de jóvenes. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5586-1006. ariel.ramirez@uaem.mx Regresar
**Luis-Enrique García-Pascacio
Mexicano. Doctor en Educación por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. Becario posdoctoral vía CONACYT, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México. Temas de investigación: procesos de socialización en comunidades científicas, políticas de ciencia y tecnología en México. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2486-4888. luis.garciap@uaem.edu.mx Regresar
***Teresa Yurén-Camarena
Mexicana. Doctora en Filosofía, Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora Investigadora de Tiempo Completo (PITC) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. Investigadora Nacional Emérita del Sistema Nacional de Investigadores. Temas de investigación: formación sociomoral, valores y diversidad; procesos y dispositivos de enseñanza y formación. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5905-7146. yurent@uaem.mx Regresar
1. En este trabajo se reportan algunos resultados de una investigación cuya realización como tesis doctoral recibió financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Regresar
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