Movilidad ocupacional y trayectorias profesionales de egresados de las maestrías en Educación del posgrado en educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx)


Mariela Jiménez*

 

Resumen

En este reporte de investigación se analiza la movilidad ocupacional en la trayectoria profesional de los egresados de las maestrías en Administración Educativa, Educación Superior y Orientación Educativa de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

Los estudios de posgrado han permitido a más del 50% de los egresados encaminar sus trayectos profesionales de forma ascendente, sobre todo hacia áreas administrativas como la dirección y la gestión de las instituciones. De forma paradójica la docencia como función sustantiva se ha visto disminuida en su ejercicio y la investigación, como eje transversal de la formación, es realizada por una minoría de los egresados.

Palabras clave: movilidad ocupacional, trayectoria profesional, estudios de posgrado, egresados.

 


Mobilidade ocupacional e trajetórias profissionais de formados de mestrados em educação na Universidad Autonoma de Tlaxcala (UATx)

Resumo

Neste relatório de investigação analisa-se a mobilidade ocupacional na trajetória profissional dos formados de mestrados em administração educativa, ensino superior e orientação educativa da Universidad Autónoma de Tlaxcala.

Os estudos de pós-graduação permitiram a mais de 50% dos formados encaminhar suas trajetórias profissionais de forma ascendente, principalmente nas áreas administrativas, como a direção e a gestão das instituições. De forma paradoxal, o exercício da docência como função substantiva diminuiu, e a investigação, como eixo transversal da formação, é realizada pela minoria dos formados.

Palavras chave: Mobilidade ocupacional, trajetória profissional, estudos de pós-graduação, formados.

 


Occupational mobility and career paths of postgraduates of Masters degree courses in education of the Autonomous University of Tlaxcala (Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx))

Abstract

This investigational report analyzes the occupational mobility of Masters degree course graduates in educational administration, higher education and educational orientation of the autonomous University of Tlaxcala, Mexico.

Postgraduate studies have made it possible for more than 50% of the graduates to achieve an upward mobility, particularly towards administrative areas such as directorship and management of institutions. Paradoxically teaching as a substantive function has seen a fall and only a minority of the graduates does research as a focal point of education. 

Key words: Occupational mobility, career path, postgraduate studies, graduates.

Recepción: 16/2/2010. Aprobación: 18/8/2010.

 


 

Introducción

Las tendencias de la economía a nivel mundial en las últimas décadas han condicionado de manera más notoria una segmentación del mercado de trabajo sobre la base del nivel educativo. La formación profesional a nivel licenciatura resulta cada vez más insuficiente en un contexto laboral en el que los indicadores de calidad del empleo han disminuido para los menos cualificados requiriéndose del desarrollo de mayores competencias. La experiencia laboral (CINTERFOR, 2001) y los  estudios de posgrado (Jiménez, 2009b), por la parte formal, se han ido consolidando como mecanismos de inserción, permanencia y movilidad ascendente en el empleo y como formas de acumulación de capital social y académico para quienes se encuentran desarrollando una trayectoria profesional en el área educativa.

El mercado de trabajo académico presenta características muy especiales respecto a sus actores y sus condiciones. Por una parte, está la diversidad de los perfiles de formación de los profesores que conforman el sistema educativo: la formación normalista y la formación universitaria, esta última en disciplinas diversas o centrada en la educación. Por otra parte, las peculiaridades del medio laboral para este gremio: las formas de contratación (de base, por interinato ilimitado, por contrato), las jornadas de trabajo (por horas, medio tiempo y tiempo completo) y la presencia o ausencia de prestaciones, han impulsado la inserción laboral de un porcentaje importante de los docentes en más de un nivel educativo para complementar su salario y su jornada laboral. Además, las políticas de evaluación en el ámbito educativo han impulsado la aparición de programas de estímulos al docente basados en recompensas salariales, en los que uno de los rasgos por evaluar es la adquisición de grados académicos.

Aunado a ello, la relación educación superior/mercado de trabajo se encuentra matizada por las diversas características socioeconómicas del contexto que envuelve a los egresados. Es importante destacar que en el caso de los estudiantes de los planes 1998 y 1995, la gran mayoría se encontraba laborando cuando ingresó al programa de maestría, con  contratos de base y estabilidad laboral. Actualmente, el 82.3% de la muestra continúa laborando en el estado de Tlaxcala y el resto en otros estados de la república. Tlaxcala, de acuerdo con el COPLADET (2010), tiene una población económicamente activa (de 14 años y más) del 57.1% (con una población total de 792 308), y una tasa de desempleo abierto del 5.2 por ciento. El sector educativo actualmente atiende a una población de 355 410 alumnos en 2 216 escuelas en los diversos niveles y modalidades, atendidos por 26 746 trabajadores de la educación, de los cuales 17 688 son docentes, 7 728 de personal de apoyo y 1 330 directivos. Estos indicadores muestran la evidente disparidad en el nivel educativo de los docentes que conforman el gremio y el número de egresados que han cursado estudios de posgrado en el área educativa en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (621 egresados en 22 generaciones).

En este contexto, la realización de estudios de posgrado en el área educativa se convierte en un área de oportunidad, ya que la estructura ocupacional en el estado de Tlaxcala está saturada en el área educativa. Hay un gran porcentaje de egresados de las áreas de educación de las distintas instituciones que están en la fila a la espera de la oportunidad del ingreso al mercado de trabajo. Los mecanismos para el ingreso dependen en gran medida de las relaciones sociales y, en menor medida, corresponden a los mecanismos propios del mercado de trabajo como los exámenes de oposición, por lo que los estudios de posgrado se convierten en mecanismos que fortalecen el capital cultural de los egresados y que responden a las tendencias de evaluación de docentes. Así, el mercado de trabajo en el ámbito educativo se constituye como una estructura segmentada en la que se dan una serie de oportunidades, en las que confluyen factores personales y sociales que los profesionales movilizan para ascender en la carrera profesional en el ámbito académico.

Las instituciones de educación superior (IES) que ofertan estudios de posgrado no pueden sustraerse a este contexto dinámico y a los cambios que ocurren actualmente en el mundo. Las IES tienen que diseñar estrategias que permitan posicionarlas a la vanguardia mediante el análisis de dos rubros importantes: el impacto de sus egresados en el mercado de trabajo, y la mejora de los planes y programas de estudio. El análisis de la movilidad a partir de la reconstrucción de las trayectorias profesionales permite caracterizar las funciones y actividades que realizan los egresados en su ámbito laboral y, en el caso de los egresados de las maestrías de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, analizar los sesgos en la trayectoria profesional después de los estudios de posgrado. Los resultados obtenidos en este estudio permiten visualizar que, en este caso en particular, los estudios de posgrado han actuado como mecanismos de movilidad ascendente o vertical encaminando los trayectos de un número importante de los egresados hacia puestos de mayor jerarquía en cualquiera de las tres maestrías (administración, docencia y orientación).

Para describir tal comportamiento, este artículo se encuentra estructurado en cinco apartados. En el primero se describe el contexto de investigación: la creación y evolución de la división de estudios de posgrado de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala; en el segundo se analiza la función del posgrado en Educación en la formación de profesionales e investigadores; el tercer apartado muestra la relación entre los estudios de posgrado y la movilidad ocupacional; en el cuarto se detallan las características de los estudios de trayectoria profesional y se presenta la estrategia metodológica de este estudio. Finalmente, en el apartado de resultados se presenta un análisis de la movilidad a partir de las ocupaciones y la caracterización de las trayectorias profesionales de los egresados de maestría del posgrado en Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, así como de los factores de influencia.

El posgrado en Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala

El posgrado en Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala se crea en 1985, en el entonces Departamento de Ciencias de la Educación (ahora Facultad), iniciando con el programa de maestría en Educación Superior, con la finalidad de atender las necesidades propias de formación de sus docentes, así como la atención de las demandas de la región. En 1988 el plan de estudios se modifica, con una orientación hacia la investigación; se ofrecen tres maestrías: Educación Superior, Administración Educativa y Orientación Educativa, con el objetivo de formar especialistas que implementaran proyectos de investigación en el área de educación superior. En 1995 se hace una reestructuración de los planes de estudio, manteniendo el enfoque a la investigación.

Los planes 1988 y 1995 pertenecieron al padrón de excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), del cual sale el programa de maestría en 2001. Posteriormente, de acuerdo con las recomendaciones de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES) (2003) y con un ejercicio de autoevaluación, se reformula el plan de estudios, se le da una orientación hacia la profesionalización y se unifican las tres maestrías con la denominación de maestría en Educación, con un esquema curricular de semiflexibilidad, en el que se modifica el perfil de ingreso hacia docentes de todos los niveles educativos y se atienden cuatro funciones sustantivas: docencia, orientación y tutoría, gestión y evaluación, e investigación (UAT, 2003). En 2006 se realiza una nueva reestructuración del plan de estudios que busca una mayor eficiencia terminal y la mejora de la formación profesional (UAT, 2006). A partir de la apertura del programa de maestría en 1985, se han formado 22 generaciones, de las que han egresado 621 profesionales en el área educativa.

El posgrado en educación: su función en la formación de profesionales e investigadores

Las funciones del posgrado en América Latina se han dirigido hacia diversos aspectos, uno de ellos, y tal vez el más importante desde el rubro educativo, es la formación de recursos humanos. El nivel posgrado, de acuerdo con Vessuri (1993), busca contribuir al mejoramiento de la posición competitiva y del desarrollo económico del país mediante la formación de recursos humanos, la producción y actualización de conocimientos, y la investigación científica. Para ello se han establecido dos orientaciones en los estudios de maestría: la profesionalización de las actividades y/o la formación para la investigación, como lo menciona el CONACYT (2006); éstas profundizan y complementan la formación de los estudios de licenciatura. La orientación a la investigación se enfoca a la ampliación de los conocimientos en una determinada área para el desarrollo de habilidades, mediante la adquisición de bases teóricas y la realización de actividades prácticas destinadas al adiestramiento en la resolución de problemas del fenómeno educativo. La profesionalización busca la realización de proyectos terminales de carácter profesional, a partir de la reflexión y la discusión académica, que mejoren las prácticas educativas.

Desde la perspectiva del mercado de trabajo, de acuerdo con Lucio (2002), una de las funciones más importantes del posgrado es la atención de las demandas específicas del sector productivo y, de manera indirecta, otra función que es notoriamente visible en el contexto actual es la de otorgar mayor cualificación a los individuos, mediante un título de maestría o doctorado que les permita una mejor inserción y mayor movilidad ascendente. El desarrollo del posgrado en Educación está inmerso en factores de diversa índole: la globalización de la economía, la flexibilización del mercado de trabajo, la demanda de una formación especializada, la devaluación de los títulos universitarios, la creación de programas de estímulos al docente en los distintos niveles educativos, así como la evaluación de los programas educativos, entre otros aspectos.

Las maestrías orientadas al campo educativo, de acuerdo con Arredondo y Santoyo (1986), tienen como funciones especificas y primordiales preparar docentes de alto nivel, dar formación en los métodos de investigación y desarrollar una alta capacidad innovativa, técnica o metodológica; por ello, la docencia y la investigación se convierten en tareas relevantes de los posgrados como respuesta a una necesidad de formación. De acuerdo con Wuest y Jiménez (1990), el posgrado responde a una nueva forma de inserción y permanencia de los docentes en la carrera académica, y constituye una forma de movilidad ascendente que responde a demandas y necesidades de diversa índole.

Desde la visión de los actores del mercado académico (Jiménez, 2009b), los estudios de posgrado permiten la mejora de la formación profesional y, por otra parte, dan la posibilidad de promociones laborales y salariales. Moreno (1999) menciona que los sistemas de promoción laboral establecidos por las universidades y la Secretaria de Educación Pública (SEP) en los estados, orientan fuertemente a los profesionales de la educación, y aun a los de otras áreas, a ingresar a los posgrados en educación para cumplir con la exigencia de un grado académico, como resultado de las tendencias de evaluación que imperan actualmente en el sistema educativo, sobre todo en educación superior y media superior.

En este contexto de evaluación, el comportamiento de los egresados en el mercado de trabajo se ha constituido como uno de los indicadores de mayor importancia en las actuales políticas de financiamiento, evaluación y acreditación de las instituciones (CONACYT, SEP, ANUIES, CIIES), y como una herramienta valiosa en la toma de decisiones para la reestructuración de los planes y programas de estudios, de acuerdo con los requerimientos del mundo laboral. Reynaga (2006) plantea que las IES tienen que hacer énfasis y dirigir sus recursos e investigaciones a la valoración de los egresados en tres rubros: productividad científica, éxito de los estudiantes mediante estudios de seguimiento y de trayectorias, y valoración de los estudiantes respecto a la formación obtenida en el programa.

Movilidad profesional y estudios de posgrado

El eje central de análisis en los estudios de trayectoria es la movilidad ocupacional, término que desde el punto de vista sociológico, de acuerdo con Boado (1996), implica analizar una dimensión de cambio continuo de la estructura socio-ocupacional, y que desde su perspectiva se estima como un cambio de posición de la unidad de análisis en la estructura socio-ocupacional y de ingresos; es un fenómeno de desplazamiento en el que se analizan dimensiones como espacio, temporalidad, cambios de posición y de ocupación. Además de Bodo (1996), la movilidad es analizada por autores como Buontempo (2000), Espinoza (2006), Pacheco y Parker (2001), quienes analizan este complejo fenómeno reconstruyendo las trayectorias de los individuos en la estructura social y ocupacional, relacionándolos con los diversos factores que determinan la probabilidad de estar adscrito a los distintos tipos de trayectorias que caracterizan el ámbito profesional -en este caso el educativo- de los egresados en el mercado de trabajo.

La movilidad ocupacional, en términos del tránsito en el empleo de un individuo, puede ser interna y externa (Jiménez, 2009b). La movilidad interna corresponde a aquellos cambios en la estructura ocupacional dentro de la misma institución donde se labora. La movilidad externa a los cambios de empleo que el individuo tiene, mismos que responden a decisiones individuales (la búsqueda de un mejor empleo) o a las tendencias del mercado de trabajo (al terminarse un contrato). Giddens (1989) clasifica a la movilidad, de acuerdo con el tipo de posiciones que ocupa el individuo en la estructura social, en horizontal y vertical. Define la movilidad horizontal como el movimiento entre posiciones con el mismo rango en la estructura social, mientras que la movilidad vertical se centra en el movimiento entre posiciones de distinta jerarquía.

En el caso de este estudio, se analiza la movilidad interna en ascenso o vertical pues, como menciona Solís (2005: 55), revela: “el grado de fluidez al interior de la estructura de clases o estratos sociales”; también afirma que una mayor movilidad vertical significa que existe más igualdad de oportunidades y, presumiblemente, un menor grado de estructuración al interior de las clases sociales. En estas condiciones, el posgrado actúa como uno de los mecanismos que coadyuva en la movilidad vertical o ascendente, así como en la formación de profesionales de alto nivel, dando respuesta a los requerimientos del mercado de trabajo, constituyendo un factor de influencia importante en el rumbo de la trayectoria.

En diversos estudios que analizan el impacto de los estudios de posgrado en la movilidad ocupacional, se ha encontrado evidencia de su importancia como mecanismos cualificadores del empleo en las trayectorias laborales o profesionales de egresados de distintas carreras (CINTERFOR, 2001; Iriondo, Grandal, Covadonga y Gallego, 2007; Jiménez, 2009a; Zurita y López, 2009). En particular, para los académicos que laboran en el área educativa, los estudios de posgrado se han convertido en mecanismos de permanencia y de ascenso en el escalafón horizontal (programas de estímulos en los diferentes niveles educativos), y de movilidad ascendente hacia áreas administrativas. Esta situación se confirma en el estudio realizado por Zurita y López (2009), quienes analizan las trayectorias laborales y profesionales de egresados de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en la especialidad de política y gestión educativa. Las autoras destacan que una proporción importante de los egresados ocupan puestos de dirección de mayor nivel jerárquico después del egreso. Esta relación permite confirmar que el nivel educativo es un factor muy importante en el ámbito de la educación respecto a la movilidad laboral, ya que no sólo existe un promedio superior de ascensos en los académicos que poseen estudios de posgrado, sino también que obtener un nivel educativo superior es importante para acceder a los programas de promoción horizontal, lo que generalmente se traduce en mejores salarios (programas de estímulos económicos), como lo mencionan Lira y Oropeza (2004) al analizar las trayectorias laborales de profesores de preparatoria de la Universidad de Guadalajara.

Sin embargo, existe en los egresados una mayor valoración social hacia la realización de estudios de posgrado que hacia la certificación del grado. En el estudio realizado por Esquivel (1991) con los egresados de posgrado de la Universidad Iberoamericana, se menciona que la certificación de los estudios cursados no ha sido condición para determinar cambios ocupacionales importantes, aunque a algunos egresados les ha redituado mejoras en las condiciones de trabajo. Este hecho se entiende porque de acuerdo con el nivel educativo en el que se labore, en muchos de los casos es suficiente presentar un certificado de estudios de posgrado aunque no se presente el título o cédula profesional que acredite el grado académico para que sea considerado como tal.

Este panorama muestra la importancia de los estudios de posgrado, habiéndose obtenido o no el grado, para obtener movilidad en ascenso. Sin embargo, en este sentido se observa una paradoja entre la relación educación y empleo, o entre la formación profesional alcanzada y la movilidad ocupacional. Un porcentaje importante de egresados de las maestrías en las distintas áreas educativas, transita hacia puestos administrativos; esto hace que disminuya o desaparezca la labor docente y las actividades de investigación para la que, en la mayoría de los casos, fueron formados. Cuamatzin (2008) da evidencia de ello al analizar la trayectoria laboral de los egresados de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) Puebla, y menciona que antes de los estudios de posgrado casi todos los egresados realizaban funciones de docencia y después de su egreso un porcentaje importante se desempeña en puestos directivos; argumenta que hay un cambio significativo con respecto a las funciones profesionales que realizan los egresados y señala un impacto importante del programa educativo en las condiciones laborales de los mismos.

Los estudios de posgrado se convierten en formadores de perfiles deseables para los puestos de mayor rango jerárquico, como lo muestra de Moura (1989) en un estudio realizado en Brasil. Este autor enfatiza la importancia de los  estudios de posgrado, en especial los de doctorado, como condicionantes para la formación de perfiles de especialistas que son reclutados para los puestos públicos y privados de más alto rango; así, disminuyen o desaparecen las actividades de investigación para las que fueron formados, tendencia que  se observa en los resultados de este reporte de investigación.

Finalmente, es importante reconocer que, además de los estudios de posgrado, actúan como factores de influencia en la movilidad ocupacional ascendente el capital relacional y la experiencia profesional y, en este sentido, depende de las expectativas del académico y de cómo hace uso de sus distintos capitales para colocarse en fila de las trayectorias más exitosas en el nivel educativo en el que labora.

Estrategia metodológica: los estudios de trayectoria profesional

Los estudios de trayectoria permiten caracterizar el desarrollo laboral a partir de la reconstrucción y caracterización de los itinerarios profesionales. Hay diversas tipologías, de acuerdo con el análisis de la movilidad de los sujetos, que se refieren a los aspectos educativo, ocupacional, laboral o profesional. Cada una de ellas tiene características especiales: el recorrido en la formación de los sujetos; sus ocupaciones; las condiciones laborales, o las funciones desempeñadas en el ámbito profesional.

En este último rubro se centran los estudios de trayectoria profesional, los que a diferencia de otros permiten caracterizar las ocupaciones, funciones y puestos en la carrera profesional de los sujetos. Se analiza simultáneamente el desarrollo de la carrera profesional relacionado con la formación recibida en las instituciones de educación superior de un grupo o grupos de profesionistas que desempeñan actividades afines. El contexto de análisis puede ser una institución, una empresa o el mercado de trabajo (Jiménez, 2009a).

Desde la perspectiva de algunos autores como Buontempo (2000) y Vargas (2000), en la trayectoria profesional se identifica la secuencia de puestos profesionales que los individuos ocupan durante su historia de trabajo. Iglesias y Stropparo (2005) mencionan que el trayecto profesional se correlaciona a partir de criterios de progresión en la toma de responsabilidades dentro de un mismo ámbito de actuación; Vargas (2000) denomina a estos criterios estadios de carrera, y se caracterizan la profundidad y ámbitos de las actividades profesionales, situación que se ve reflejada en la jerarquía de los puestos. El ámbito, desde la perspectiva de esta autora, se refiere al número y variedad de funciones realizadas, mientras que la profundidad se relaciona con el grado de libertad para el desarrollo del trabajo, orientando la trayectoria hacia dos posibilidades: la ampliación del puesto, mediante la incorporación de nuevas tareas de naturaleza análoga, y el enriquecimiento del puesto o elevación de la categoría del trabajo, generalmente asumiendo nuevas funciones y responsabilidades.

En los estudios de trayectoria, profesional o cualquier otra, es de gran importancia considerar las transiciones (Boado, 1996; Buontempo, 2000) y los factores de influencia (Jiménez, 2009b) que orientan la movilidad de los trayectos de los individuos. Las transiciones dirigen o sesgan las trayectorias hacia distintas opciones de desarrollo profesional. En el caso de este estudio se analiza como factor de transición la realización de estudios de posgrado, considerando el antes y el después de la formación adquirida para el análisis de las ocupaciones profesionales.

Los factores que influyen en la trayectoria de un individuo se pueden clasificar desde dos aspectos: uno inherente a las decisiones, elecciones y desplazamientos individuales, y otro que considera la estructura social que induce a los individuos, orientando su trayecto profesional de acuerdo con las condiciones imperantes en el entorno social y laboral (Jiménez, 2009b). En diversos estudios de esta índole se analiza la influencia en las trayectorias de factores como la formación profesional, el género, el periodo de egreso y el capital relacional, orientándolos hacia una movilidad en diversas dimensiones, como lo mencionan autores como Herranz (1990), Muñoz Izquierdo (1994), Valenti et al. (1997), Magendzo y González (1988), Ruiz (2000), Vargas (2000), Boado (1996), Hualde (2001) y Mayrofher (2001).

Estrategia metodológica utilizada en este estudio

En términos de este estudio, la trayectoria profesional se conceptualiza como la reconstrucción de las posiciones ocupadas dentro de las instituciones educativas y de investigación científica, que dan cuenta de la movilidad profesional de los egresados a partir del análisis de las ocupaciones (directivos, académicos, mandos medios) y las funciones profesionales dentro de las instituciones (docencia, investigación o administración) que caracterizan su actividad profesional; los estudios de maestría se consideran como momento de transición. La finalidad central del estudio, en consecuencia, es caracterizar las trayectorias profesionales de los egresados de las maestrías del posgrado en Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

Para su análisis, se realizó un estudio cuantitativo, de tipo transversal y retrospectivo, para la reconstrucción de los itinerarios laborales de los egresados. La población es de 399 egresados de 15 generaciones de los planes de estudio 1988 (con una permanencia en el mercado de trabajo como maestros en educación de 13 a 19 años) y 1995 (con una permanencia de 6 a 12 años), de las maestrías en Administración Educativa, en Educación Superior y en Orientación Educativa. La periodicidad de estos lapsos de permanencia en el mercado laboral, de acuerdo con distintos autores (Valenti et al. 1997; Ruiz, 2000; Jiménez, 2009b), permite analizar los sesgos en la carrera profesional, así como las etapas de desarrollo que han tenido los egresados después de haber cursado el programa de maestría.

De la aplicación del instrumento, se recuperaron 104 cuestionarios, lo que representa una muestra del 26% de la población. Para el diseño del cuestionario se analizaron diversos instrumentos utilizados en otros estudios (Valle, 2010 y Jiménez, 2009b) y se adecuaron al nivel de maestría. Un estudio de trayectorias de egresados de un posgrado presenta diferencias con un estudio de trayectorias de egresados de un programa de licenciatura, ya que se indagan básicamente los sesgos en los trayectos de profesionistas que ya llevan un recorrido laboral en distintos estadios y que acceden a este nivel de estudios como una forma de mejorar la preparación y el estatus profesional. En un primer momento se consideró el análisis de factores como el tipo de maestría, la obtención del grado académico, el plan de estudios, los estudios de doctorado y el género, en las ocupaciones desempeñadas. En un segundo momento, se analizó el desarrollo de las trayectorias profesionales, caracterizándolas de acuerdo con las funciones realizadas (docencia, investigación, administración) y el nivel educativo en que laboran. Los datos se manejaron con el programa SPSS15, usando la estadística descriptiva.

El 54.1% de la muestra corresponde al género masculino y el 45.9% al femenino, con una media de edad de 45 años. La formación de licenciatura de los egresados presenta dos orientaciones: el 53.3% posee alguna licenciatura relacionada o afín con la educación, y el 46.7% de los egresados tiene una formación orientada a otras disciplinas. La mayoría de los egresados, el 80.7%, se formó bajo un esquema universitario. En porcentajes minoritarios en escuelas normales (11%) o tecnológicos (8.3%). El 44.2% corresponde al plan 1988 y el 55.8% al plan 1995. El 43.2% cursó la maestría en Educación, el 41% la maestría en Administración Educativa y el 15.4% la maestría en Orientación. El 49% no está titulado y el 51% ha obtenido el grado. El 25.6% de la muestra ha continuado estudios de doctorado y el 74.4% no lo ha hecho. En relación con el nivel educativo donde se desempeña laboralmente la muestra, el 71%1 labora en un solo nivel educativo distribuido de la siguiente forma: el 25.7% en educación básica, el 18.7% en educación media superior, el 26.6% en educación superior. El 29% restante labora en dos niveles educativos.

Un acercamiento a las trayectorias profesionales de los egresados de las maestrías del posgrado en Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala

Los resultados se presentan en dos apartados: principales ocupaciones y su relación con los factores de influencia, y caracterización de las trayectorias profesionales.

Principales ocupaciones y su relación con los factores de influencia

Las ocupaciones de los egresados juegan un papel preponderante en las trayectorias, ya que los cargos y los niveles administrativos que desempeñan determinan el tipo de rol que cumple cada uno dentro de la institución donde trabaja. De acuerdo con el INEM (2005), los movimientos en las trayectorias son el reflejo de un proceso de toma de decisiones de tipo profesional, personal o formativo. La movilidad de la planta académica no es directa, continua, ni ocurre dentro de los lapsos planeados por la institución o por los individuos para alcanzar el rango siguiente, de acuerdo con lo que mencionan Iglesias y Stropparo (2005). Este fenómeno está asociado a una compleja red de relaciones que tiene que ver con el origen social del académico y la disciplina en la que se desempeña. 

En este sentido, la formación a nivel posgrado es el factor que se considera como eje de análisis de la movilidad ocupacional en las ocupaciones y funciones profesionales que desarrollan los sujetos de este estudio en el ámbito educativo.2 Se relacionaron factores inherentes a los estudios de posgrado como la realización de estudios de maestría, el plan de estudios, la obtención del grado académico, el tipo de maestría, la continuación de estudios de doctorado y, de forma externa, el nivel educativo en el que laboran, considerando dos momentos de transición: antes y después de los estudios de maestría.

Ocupaciones y estudios de maestría

Landesman (2001) argumenta que el rol de los profesionales de la educación es un fenómeno caracterizado por la diversidad, regulada por diversos factores, tanto individuales como colectivos, donde sus condiciones laborales son determinantes para adquirir o mantener un determinado número de empleos o puestos. Las actividades profesionales que desempeñan los egresados se orientan en función de los puestos alcanzados en el tránsito por el empleo.

En este sentido, los egresados del posgrado en Educación centran su desempeño en el empleo actual en tres tipos de ocupaciones profesionales en instituciones educativas: docencia, dirección y administración, y mandos medios. En la actividad docente se incluyeron a aquellos académicos que realizan dos tipos de funciones, docencia y/o formación de docentes. En los niveles superior y medio superior se combina la docencia con actividades como asesoría, gestión, tutoría e investigación, y en educación básica se encontraron docentes ante grupo y docentes que se dedican a la asesoría académica como jefes de enseñanza o asesores técnico pedagógicos. Antes de la realización de los estudios de posgrado el 53.7% de los egresados de la muestra se dedicaba a actividades docentes: después del egreso, esta función disminuyó al 33.5 por ciento. Estas cifras muestran una diferencia de 20 puntos porcentuales en detrimento de la docencia, pero a favor de puestos jerárquicos más altos.

Es visible la importancia de los estudios de maestría en la movilidad ocupacional ascendente hacia puestos de mayor rango de índole administrativa. La función directiva y administrativa se ha visto incrementada sustancialmente, de un 40.3% de estudiantes que laboraban en estas áreas antes de que realizaran la maestría, después del egreso la cifra aumentó a 58.7 por ciento. Estos egresados se desempeñan profesionalmente en la dirección de instituciones, son responsables de la toma de decisiones y de la planeación, se desempeñan como directores, subdirectores, coordinadores, jefes de departamento, responsables de evaluación, supervisores y subjefes técnicos, entre otros; algunos de ellos desempeñan a la par labores de docencia. La profundidad de estos puestos son indicativos de carreras medias o terminales, como lo menciona Vargas (2000).

Esta tendencia de incremento de la movilidad ascendente se observa también en los mandos medios, quienes se desarrollan en áreas administrativas de menor responsabilidad en la toma de decisiones, como coordinadores, secretarios académicos o responsables de proyectos. Este grupo se duplicó, pasando del 3.8% al 7.6% (véase tabla 1). La realización de estudios de posgrado implica, para quien los cursa, una mayor posibilidad de rotar laboralmente hacia puestos de mayor jerarquía que reorientan la carrera profesional hacia trayectorias administrativas.

Tabla 1. Principales ocupaciones y estudios de posgrado (%)

Antes del egreso

Después del egreso

Académicos

53.7

33.5

Dirección/administración

40.3

58.6

Mandos medios

3.8

7.6

Otros

1.9

---

Fuente: elaboración propia

Ocupaciones y tipo de maestría

La formación profesional en los estudios de posgrado tiene como finalidad preparar recursos humanos que aporten elementos de generación, aplicación e innovación de conocimientos (CONACYT, 2006) que evalúen el desempeño profesional, así como el desarrollo de investigadores que analicen, orienten y mejoren el proceso educativo. 

Sin embargo, De Moura (1989) menciona que, de acuerdo con las necesidades del mercado de trabajo, los profesionales con estudios de posgrado son reclutados para los puestos públicos y privados de más alto rango, en detrimento de las áreas para las que fueron formados. Este fenómeno de la estructura ocupacional es muy claro en la disminución de las actividades de docencia de la mayoría de los egresados, como resultado del aumento de actividades directivas y administrativas. Los egresados de la maestría en Educación disminuyeron sus actividades docentes de un 27.9% a 19.2%, mientras que los egresados de la maestría en Administración pasaron de 16.3% a 7.7 por ciento. Estos indicadores son importantes para las instituciones de educación superior que ofertan estudios de posgrado, ya que permiten identificar las tendencias de formación que requiere el mercado ocupacional y reorientar algunas de sus prácticas educativas a partir de adecuaciones al plan de estudios (véase tabla 2).

Tabla 2. Principales ocupaciones y tipo de maestría (%)

 

Educación

Administración Educativa

Orientación Educativa

 

Antes del egreso

Académicos

27.9

16.3

9.7

Dirección/administración

12.5

24

3.8

Mandos medios

2.8

1.0

---

Otros

---

---

1.9

 

Después del egreso

Académicos

19.2

7.7

6.6

Dirección/administración

21.1

29.8

7.7

Mandos medios

2.9

4.9

---

Otros

---

Fuente: elaboración propia

Ocupaciones y obtención del grado de maestría

De acuerdo con Bourdieu (1997), el título o grado da un capital simbólico que posee un valor basado en el reconocimiento de las comunidades académicas; el autor considera que se garantiza formalmente una competencia específica que implica o excluye la práctica legítima. Sin embargo, según Gallart (2001: 48), las condiciones estructurales del mercado de trabajo han condicionado que la obtención del grado académico se convierta sólo en un mecanismo de acceso y permanencia en el empleo, como se comprobó en otro estudio (Jiménez, 2009b). Esta situación se explica desde el efecto de la fila (Thurow, 1983) que permite interpretar el fenómeno de la devaluación de las credenciales y entender la contratación de profesionales con mayores niveles de educación (maestría y doctorado), niveles que sólo se utilizan como mecanismos de selección para la ocupación de puestos. Esto se traduce en la formación de profesionales sobrecalificados que en muchos casos no serán contratados. Esta situación se observa en los resultados obtenidos, ya que las diferencias en la movilidad ocupacional antes y después del egreso entre los no titulados y los titulados son mínimas. Tal indicador muestra que para lograr transitar a empleos de mayor rango jerárquico, el grado académico no es tan importante como el hecho de haber realizado estudios de posgrado. Esta situación aplica sobre todo para los que laboran en educación básica y media superior, ya que el título no es un requisito que les sea exigido como mecanismo de permanencia en el empleo; al ser suficiente el certificado de estudios, el grado ya no es tan necesario; esta situación también se observa con algunos egresados que laboran en el nivel superior (véase tabla 3).

Tabla 3. Principales ocupaciones y obtención de grado (%)

Ocupaciones

No titulados

Titulados

 

Antes del egreso

Académicos

26

28

Dirección/administración

20.1

20.1

Mandos medios

1.9

1.9

Otros

1.0

1.0

 

Después del egreso

Académicos

18.3

15.4

Dirección/administración

27

31.7

Mandos medios

3.8

3.8

Otros

---

---

Fuente: elaboración propia

Ocupaciones y plan de estudios

En este apartado se pueden observar los efectos de dos factores: el periodo de egreso, que permite visualizar estadios de carrera profesional (Vargas, 2000), y la influencia de la formación de acuerdo con el plan de estudios (1988 y 1995).

El periodo de egreso es una de las características que permiten ubicar a los egresados de un área profesional en una situación homogénea respecto a la dinámica nacional. Mayrofher et al. (2001) mencionan que los grupos por cohortes de egresados recientes están completamente inmersas en estos cambios generados por el desarrollo económico y tecnológico, y que cohortes con periodos de egreso más amplios (más de 10 años) se ven influenciados en menor grado sobre todo en la parte media o final de su carrera profesional. 

Ambos planes de estudios, 1988 y 1995, se diseñaron con una orientación a la investigación. Los estudiantes del plan 1988 tienen entre 13 y 19 años de haber egresado mientras que los del plan 1995, tienen entre 6 y 12 años de egreso. Los egresados de un posgrado son individuos que ya tienen una trayectoria profesional anterior, por lo que en este estudio se analiza el cambio ocupacional a partir de momentos de transición: antes y después de la terminación de los estudios de maestría. Los sujetos cuyas trayectorias profesionales se analizan en este estudio tienen un promedio de edad de 45 años, indicador que muestra que llevan estadios de carrera profesional media o de carrera terminal, por el periodo de incorporación al mercado laboral que antecede a la trayectoria en el momento del egreso de los estudios de maestría.

En este sentido, la movilidad ocupacional que han desarrollado los egresados de ambos planes de estudio presenta dos comportamientos: por una parte, los egresados del plan 1995 cuyo periodo de egreso es menor (6 a 12 años), han tenido una mayor movilidad ocupacional hacia puestos directivos de mayor rango jerárquico, en comparación con los egresados del plan 1988 (13 a 19 años). Esta situación parece contradictoria, ya que de acuerdo con el periodo que tienen los egresados de haber concluido los estudios de maestría se esperaría que en su mayoría los puestos de dirección fuesen ocupados por los egresados del plan 1988. Por otra parte, los egresados del plan 1988 han permanecido en mayor proporción en la docencia, el porcentaje decreció en seis puntos, pasando del 20.2% al 14.45%; los egresados del plan 1995 presentan un menor decremento de actividad docente, del 33.7% al 19.2%, con una diferencia de 14.5 puntos porcentuales, más del doble que los egresados del plan anterior (véase tabla 4).

Este comportamiento se puede atribuir al estadio de carrera y a las condiciones del mercado de trabajo en ambos periodos, si se considera que los egresados del primer plan de estudios tenían un promedio de edad superior a 45 años, y ya tenían una carrera profesional en estadios medios y terminales, en la que los cambios ocupacionales no les fueron requeridos, mientras que los egresados del plan 1995, con trayectorias profesionales más cortas, etapas de carrera media y un promedio de edad de 34 años, se desenvuelven en un contexto laboral y profesional que demanda mayores competencias, flexibilidad y movilidad, de acuerdo con niveles de formación profesional; en ellos se observa mayor tránsito en el empleo hacia puestos de mayor rango.

Tabla 4. Principales ocupaciones y plan de estudios (%)

 

Plan 1988

Plan 1995

 

Antes del egreso

Académicos

20.2

33.7

Dirección/administración

20.15

19.23

Mandos medios

1

2.9

Otros

1.9

---

 

Después del egreso

Académicos

14.4

19.2

Dirección/administración

27.9

30.8

Mandos medios

1.9

5.8

Otros

---

---

Fuente: elaboración propia

Principales ocupaciones y estudios de doctorado

De acuerdo con Bordieu (1987), la obtención de títulos otorga reconocimiento a través de la noción de capital cultural institucionalizado, noción que ha ido evolucionando en su percepción a través del tiempo. A partir de la década de los noventa las políticas de evaluación de las instituciones han propiciado la aparición de programas que impulsan la formación de recursos humanos hacia el nivel doctoral como una forma de ingreso y permanencia de los académicos en las instituciones de educación superior. Aunado a ello, Colina y Osorio (2004: 92) sostienen que los estudios de posgrado, y desde la  perspectiva de esta investigación el nivel doctoral específicamente, son actualmente requisito indispensable para ingresar y permanecer en las asociaciones de investigación.

La función de este nivel educativo es primordialmente preparar recursos humanos para la investigación, pero es un hecho ineludible identificar en este trabajo que, de manera paradójica, los estudios de doctorado son condicionantes de que la trayectoria profesional se oriente hacia las áreas administrativas. Del 23.9 % de los egresados de la muestra que han continuado este  proceso de formación profesional hacia la realización de estudios de doctorado, la mayoría se encuentra en puestos directivos (18.5%) y sólo el 5.1% se dedica a la docencia. Un porcentaje aún menor (el 8 %) de los egresados, realiza actividades de investigación, de forma simultánea a la docencia o a la administración.

La cantidad de egresados que no tienen estudios de doctorado y que ocupan puestos directivos es proporcionalmente menor en relación con los que sí los tienen. Casi 4 de cada 5 egresados con estudios de doctorado realizan estas funciones, mientras que 3 de cada 5 que no tienen estudios de doctorado lo hacen. Los estudios de posgrado a niveles más altos responden a las demandas del mercado de trabajo, condicionando el desempeño de los egresados en funciones directivas, en detrimento de los procesos de investigación para los que fueron formados (véase tabla 4).

Tabla 5. Principales ocupaciones y estudios de doctorado (%)

Ocupaciones

Con doctorado

Sin doctorado

 

Después del egreso

Académicos

5.1

28.86

Dirección/administración

18.55

40.2

Mandos medios

2.0

5.1

Otros

---

---

Fuente: elaboración propia

Principales ocupaciones  y género

Las condiciones de segmentación del mercado de trabajo para el género femenino se hacen visibles en el análisis de la trayectoria profesional. Desde la perspectiva de Pérez (2003), y Elejabeitea y López (2003), las mujeres tienen que realizar un esfuerzo adicional para desarrollar su trayectoria profesional, lo que se relaciona no sólo con su problemática individual o familiar, sino con las restricciones que estarían imponiendo los hombres en la defensa de un espacio de poder que podrían ver amenazado por la presencia de un mayor número de competidores. En este sentido, es comprensible que los puestos de dirección sean ocupados en su mayoría por el género masculino, sin embargo, al comparar la movilidad ascendente del género femenino a partir de los estudios de posgrado, puede observarse que ha habido un aumento ligeramente favorable, como lo menciona Weller (2000) al afirmar que los niveles de exclusión de la mano de obra femenina están disminuyendo de manera gradual. Antes del egreso participaba en estas áreas un 24% de varones, porcentaje que aumentó al 31.7% (una diferencia de 8 puntos); para el género femenino, la diferencia es de 10.6 puntos, ya que pasó del 16.3% antes de los estudios de posgrado, al 26.9% al egresar. La docencia disminuyó de manera similar en ambos géneros, casi en diez puntos. En el caso femenino, pasó de 27.8% a 18.2%, en el género masculino, de 25.9% a 15.3% (véase tabla 6).

Tabla 6. Principales ocupaciones y género (%)

Ocupaciones

Mujeres

Hombres

 

Antes del egreso

Académicos

27.8

25.9

Dirección/administración

16.3

24

Mandos medios

1.9

1.9

Otros

1.9

---

 

Después del egreso

Académicos

18.2

15.3

Dirección/administración

26.9

31.7

Mandos medios

2.8

4.8

Otros

---

---

Fuente: elaboración propia

Trayectorias profesionales de los egresados del posgrado en Educación de la UATx

Las trayectorias profesionales de los egresados del posgrado presentan características especiales por la diversidad de las condiciones de formación profesional y laboral de quienes conforman el gremio académico. Desde esta perspectiva, son relavantes diversos factores como la formación de licenciatura, las condiciones laborales y el nivel educativo en el que se desempeñan, así como la formación adquirida en los estudios de posgrado.

La reconstrucción de las posiciones ocupadas en las instituciones educativas muestra los efectos de la transición del egreso de los estudios de posgrado en las principales ocupaciones y ámbitos de desempeño que realizan en el trabajo académico, en las instituciones educativas y de investigación científica. Glazman y Figueroa (1991: 28) mencionan que “el análisis del campo profesional implica la identificación de las actividades, áreas y ámbitos de trabajo que el egresado está desarrollando, así como de su pertinencia y demanda social”. En el análisis de esta práctica profesional debe considerarse que los servicios que un profesional presta están cada vez más mediados por las necesidades del contexto, donde los empleadores responden al desarrollo científico y constantemente surgen nuevas necesidades sociales y científicas, lo que condiciona la tendencia a la ampliación constante del trabajo calificado, así como al desarrollo del trabajo intelectual, y que se requiera la formación constante de quienes ya se encuentran inmersos en el mercado de trabajo.

La práctica profesional del egresado de un posgrado en educación se da entonces en función de la división social del trabajo, y de la compleja estructura de los mercados de trabajo cada vez más segmentados, flexibles y heterogéneos, que propician que los profesionales busquen complementar su empleo, por lo que se emplean en diversos espacios educativos. Las funciones de los docentes, como lo menciona Kent (1986), se caracterizan en mayor medida por el nivel educativo en el que se desempeñan laboralmente: en educación básica, docentes y formadores de docentes que cuentan con una formación inicial para la docencia y otras actividades paradocentes; docentes de educación media superior y superior, formados en diversas disciplinas y que buscan profesionalizar su labor en la docencia o en la gestión educativa; docentes de educación superior, quienes centran sus funciones en  las dimensiones que implica este nivel: gestión, tutoría, docencia e investigación y, finalmente, se considera en este estudio la administración académica, que se especializa en puestos de dirección como trabajo de tiempo completo, dentro de los cuales se desarrolla una multiplicidad de acciones que se orientan hacia la resolución de situaciones pedagógicas, que llevan al profesional de la educación a los puestos de mayor jerarquía; en casos muy especiales, esa actividad se combina con la investigación y la docencia, lo cual da más complejidad a la trayectoria profesional y mayor reconocimiento académico de la comunidad científica y de la institución.

Así, para caracterizar la diversidad de las funciones y la movilidad interna que desempeñan los egresados de las maestrías del posgrado en educación, se clasificaron las trayectorias en unifuncionales, bifuncionales y polifuncionales, considerando en su análisis el nivel educativo en el que se desarrollan laboralmente, antes y después de los estudios de maestría. El 73.84% de los egresados labora en un solo nivel educativo, mientras que antes del egreso lo hacía el 72.2%; el 25.63% trabaja en dos niveles educativos, mientras que antes del egreso lo hacía el 27.82 porciento. Las diferencias en ambos casos no son mayores a dos puntos porcentuales, por lo que se puede afirmar que los estudios de posgrado no han propiciado una movilidad externa en las trayectorias profesionales de los egresados del posgrado en educación (véase tabla 7).

Para definir la trayectoria unifuncional se consideró el desempeño profesional de los egresados en una función en el ámbito laboral: docencia o administración, considerando dos momentos, antes y después de los estudios de maestría. La mayoría de los egresados del posgrado en Educación (el 73.12%) desarrolla trayectorias unifuncionales, mostrando una importante movilidad ascendente que transita de la docencia a la administración. La docencia como función sustantiva de estas trayectorias disminuyó de 52.2% a 37% en la muestra de egresados, mientras que la función administrativa se duplicó, incrementándose de 16.1% a 36.1 por ciento. Después de los estudios de posgrado la función administrativa adquiere relevancia en el desempeño laboral, propiciando el desarrollo de trayectorias profesionales de mayor rango jerárquico, aunque no de mayor complejidad, en el número de funciones que realizan los egresados.

En los tres niveles educativos, básico, medio superior y superior, predominan las trayectorias unifuncionales. En educación básica, del 25.67% de los egresados que laboran en este nivel, el 22.82% tiene como actividad central la docencia o la administración. La docencia ha tenido una reducción después del egreso, de 13.3% a 9.52%, mientras que la función administrativa ha aumentado, de 7.6% a 13.3% en el empleo actual. En el nivel medio superior labora el 18.67% de la muestra, de ellos, el 15.22% desarrolla una sola función. La trayectoria docente ha tenido una ligera reducción, del 9.5% antes del egreso sólo disminuyó al 7.6%, mientras que la trayectoria administrativa se duplicó (del 3.8% pasó al 7.61%). En el nivel superior labora el 26.61% de los egresados; la trayectoria docente disminuyó de 16.19 a 14.23% y la trayectoria administrativa aumentó, de 4.76 a 7.61 por ciento.

Tabla 7. Tipos de trayectoria y nivel educativo en el que labora el egresado (%)

Tipos de trayectoria

Unifuncionales

Bifuncionales

Polifuncionales

Funciones

DOC

ADM

DOC/INV

DOC/ADM

DOC/ADM/INV

1 (antes del egreso)
2 (después del egreso)

1

2

1

2

1

2

1

2

1

2

N
i
v
e
l
e
s

e
d
u
c
a
t
i
v
o
s

Básico

13.3

9.52

7.6

13.3

-

-

4.7

3.8

-

-

Medio superior

9.5

7.61

3.8

7.61

-

0.9

5.7

2.8

-

-

Superior

16.1

14.23

4.7

7.61

3.75

1.9

2.8

1.9

0.9

1.9

Básico y medio superior

2.85

2.85

-

3.8

-

-

1.9

-

-

-

Básico y superior

6.66

1.9

-

1.9

-

-

5.7

6.6

-

1.9

Medio superior y superior

3.75

0.9

-

1.9

-

1.9

4.7

1.9

-

-

Total

52.2

37

16.1

36.1

3.8

4.7

25.5

17

0.9

3.8

Fuente: elaboración propia

En el caso de los egresados que laboran en dos niveles educativos, las trayectorias docentes disminuyeron para quienes se desempeñan en los niveles básico y superior, de 6.6 a 1.9% y para los egresados que laboran en los niveles medio superior y superior, pasó de 3.75 a 0.9%. Trayectorias administrativas que no existían ahora son desarrolladas de forma incipiente por quienes laboran en los niveles básico y medio superior (3.8%), en los niveles básico y superior, y en los niveles medio superior y superior (1.9% en ambos casos). En este sentido, se observa que los estudios de posgrado han encaminado las trayectorias hacia una movilidad ascendente.

Las trayectorias bifuncionales consideran el desarrollo de dos actividades simultáneas como eje central del ejercicio profesional. El 21.7% de los egresados desarrolla estas trayectorias, de ellos el 4.7% en docencia/investigación y el 17% en docencia/administración.

La función docente está articulada con otras funciones, tales como la asesoría, la tutoría y, de manera especial, la investigación, actividad que implica un proceso gradual de desarrollo y crecimiento en la actividad profesional. Sus productos (publicaciones arbitradas y pertenencia a consejos y asociaciones de investigación) son indicadores del nivel que se ha alcanzado en este rubro y que consolidan a un docente como investigador reconocido en el campo. En este sentido, la formación de maestría de ambos planes de estudio considerados en este trabajo (1988 y 1995), tiene como eje central la investigación, por lo que se esperaría que un porcentaje importante de egresados desarrollase de manera central esta actividad. Sin embargo, la trayectoria docencia/investigación sólo ha tenido un incremento de un punto (de 3.75% a 4.7%) después del egreso. En este contexto, las habilidades y conocimientos adquiridos en el desarrollo de una investigación para la obtención de grado, se convierten en competencias que permiten a los egresados desarrollar de manera más profesional el trabajo docente o administrativo, situación que ha fundamentado la reorientación de la maestría, a partir del 2003, hacia la profesionalización, sin dejar de lado el eje de investigación.

Por otra parte, la trayectoria docencia/administración ha tenido una reducción después del egreso (de 25.64% a 16.1%), transitando hacia trayectorias unifuncionales administrativas, a puestos directivos de mayor jerarquía en los que ya no se ejerce la docencia como una de las funciones centrales del ámbito laboral, como se ha mostrado en el análisis de otros factores y de las ocupaciones de los egresados.

Los docentes de educación básica no realizan trayectorias docencia/investigación, mientras que una minoría de ellos realiza trayectorias docencia/administración (de 4.7 a 3.8%). Esta tendencia se observa también en el nivel medio superior, sólo un egresado desarrolla trayectorias de docencia/investigación, y la trayectoria docencia/administración, que ha sido desarrollada de forma escasa, ha disminuido (de 3.75 a 1.9%). En el nivel superior las trayectorias docencia/investigación y docencia/administración disminuyeron (de 3.75 a 1.9% y de 2.8 a 1.9%, respectivamente). Para quienes laboran en dos niveles educativos, la trayectoria docencia/investigación no ha estado presente, y la trayectoria docencia/administración, poco desarrollada, ha disminuido aún más.

Las trayectorias polifuncionales tienen un alto grado de complejidad, pues los egresados desarrollan de manera paralela funciones de docencia, investigación y administración. Este tipo de trayectorias evidencian procesos de pensamiento crítico y autónomo, implican la participación del egresado en la formación de recursos humanos y el desarrollo constante de proyectos de investigación, así como la toma de decisiones en las instituciones educativas. Esta trayectoria, realizada por un porcentaje mínimo de egresados del posgrado en Educación, ha tenido un ligero aumento después del egreso (de 0.9 a 3.8%); quienes participan en ella laboran en el nivel superior.

Consideraciones finales

Los estudios de trayectoria constituyen una opción metodológica que permite describir con mayor profundidad las condiciones de desarrollo laboral que ofrece el mercado de trabajo a un determinado grupo de individuos. El punto de convergencia en este análisis puede ser la profesión o la ocupación laboral, y el eje de análisis, la movilidad.

Como consecuencia de los distintos segmentos del mercado de trabajo, en la trayectoria profesional académica el individuo se ve presionado a incrementar su cualificación con procesos de formación continua y experiencia laboral, además del desarrollo de actitudes como el liderazgo y el compromiso en el campo profesional, que lo lleven a mejorar su posición jerárquica. En la movilidad ocupacional también tienen influencia factores como el género, el periodo de egreso y las relaciones sociales, entre otros.

En este sentido, la movilidad ascendente o vertical que alcanzan los egresados del posgrado en Educación en puestos directivos y mandos medios, muestra que la formación que adquieren en este nivel educativo los hace portadores de un capital institucionalizado que los orienta hacia la amplitud del puesto y hacia un mayor rango jerárquico, esto los coloca al inicio de la fila en el mercado académico y les otorga mejor posicionamiento sobre los menos calificados.  

Sin embargo, de acuerdo con los resultados obtenidos, la certificación de los estudios (título de maestría) no ha sido tan importante para los egresados como el mismo hecho de haber realizado estudios de posgrado, ya que no se presentaron diferencias entre los egresados titulados y no titulados, sobre todo para quienes laboran en educación media superior y básica. Los estudios de maestría han propiciado de manera importante movilidad ascendente o vertical de los egresados hacia el ámbito administrativo y, en mayor medida, para quienes han realizado estudios de doctorado. De forma paradójica, la docencia como actividad relevante ha tenido una disminución considerable en el ejercicio profesional, y las actividades de investigación, eje de los planes 1988 y 1995, son realizadas por un número muy reducido de egresados como actividad central, aun aquellos que realizaron estudios doctorales.

Este comportamiento ha sido observado en otros reportes de investigación (De Moura, 1989; Vargas, 2000) en los que se argumenta que la formación disciplinar o técnica de la profesión se ve disminuida por el tránsito hacia actividades de índole administrativa. Esta movilidad ascendente indica un mayor posicionamiento del sujeto en el ámbito laboral y, en consecuencia, mayor profundidad en las funciones, lo que implica desarrollar tareas y actividades profesionales con mayor autonomía, aunque la práctica docente y las actividades de investigación disminuyen o desaparecen del campo profesional del egresado.

En este contexto, la identificación de las principales funciones que desarrollan los egresados permitió tipificar las trayectorias profesionales en tres ámbitos: unifuncionales, bifuncionales y polifuncionales. La mayoría de los egresados desarrolla una sola función, se encontraron pocos casos de egresados que desarrollan, de manera simultánea administración y docencia, o docencia e investigación en su ámbito profesional y aún menos casos de egresados que realizan a la vez actividades de administración, docencia e investigación.

Las trayectorias unifuncionales muestran ámbitos de menor complejidad porque las funciones que realizan los egresados del posgrado se centran en la docencia o en la administración. La mayoría de los egresados, el 75%, desarrolla este tipo de actividades en proporciones similares en ambos ámbitos. El tránsito hacia la función administrativa o movilidad vertical, ha sido considerable al egreso, ya que las trayectorias docentes prevalecían en una proporción de tres a uno sobre las trayectorias de administración antes de los estudios de posgrado. La amplitud del puesto y el incremento del nivel jerárquico se pueden observar en las trayectorias administrativas después de los estudios de maestría.

Las trayectorias bifuncionales están presentes en el 20% de los egresados, predominando las funciones de docencia administración (15% aproximadamente) y en menor medida las de docencia investigación (4.8%). Las trayectorias polifuncionales aparecen en muy bajo porcentaje (3.8%), implican funciones de docencia/investigación/administración, actividades que en su conjunto requieren de mayor complejidad en la práctica profesional del egresado, quien tiene que participar en los tres ámbitos desarrollando mayor número de funciones. En particular, la participación de los egresados en la investigación (en trayectorias bifuncionales y polifuncionales), es escasa, sólo el 8.5% de los egresados la realiza de manera constante, productiva y reconocida; esta situación es preocupante, pues contradice la orientación de ambos planes de estudios.

No se encontró que la realización de estudios de posgrado haya actuado como un mecanismo de movilidad externa, es decir, se presentaron cambios mínimos, ya que la gran mayoría de egresados conservó el nivel educativo en el que se desempeñaba laboralmente. Este comportamiento tiene explicación en el hecho de que la mayoría de los egresados, por su antigüedad en el mercado laboral, tienen puestos con contratos definitivos, lo que induce a la permanencia en el nivel educativo en el que desarrollan su práctica profesional. Los estudios de posgrado han permitido una reducción paulatina entre los niveles jerárquicos de mujeres y varones, sin embargo, éstos aún tienen mejores niveles. Sin embargo, el trayecto ascendente a partir de la maestría ha sido muy equilibrado en ambos géneros.

A manera de síntesis, se puede afirmar que en el mercado académico los estudios de posgrado actúan como mecanismos importantes de movilidad interna en ascenso o vertical hacia puestos administrativos, condicionando que la función docente disminuya y que las actividades de investigación sean mínimas a pesar de haberse formado en planes de estudios (1988 y 1995) orientados hacia este rubro. Los estudios de posgrado han actuado en grado mínimo como mecanismos de movilidad externa para los egresados del posgrado en Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, pues la mayoría de éstos siguen laborando en el mismo nivel y sistema educativo.

 

 

 


* Doctora en Educación. Profesora de tiempo completo en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Temas de investigación: formación profesional; mercado de trabajo; trayectorias laborales y estudios de egresados. msjimenez06@hotmail.com
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1. Son valores promedio porque se consideraron dos momentos, antes y después de los estudios de maestría; los datos específicos se muestran en el apartado correspondiente a trayectorias profesionales y nivel educativo en el que laboran. Regresar
2. Para la clasificación de las ocupaciones se consideró la presentada por Ontiveros y Meza (2001), adecuándola al contexto educativo: a) directivos y administradores, quienes ocupan puestos de dirección, b) académicos, quienes desarrollan actividades de docencia en el aula o como formadores de profesores, c) mandos medios, quienes ocupan puestos intermedios en la administración educativa. Regresar

Referencias

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Cómo citar este artículo

Jiménez-Vásquez, Mariela-Sonia (2011), “Movilidad ocupacional y trayectorias profesionales de egresados de las maestrías en Educación del posgrado en Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala”, en Revista Iberoamericana de Educación Superior (RIES), México, IISUE-UNAM/Universia, vol. 2, núm. 3, http://ries.universia.net/index.php/ries/article/view/82 [Consulta: fecha de última consulta].